domingo, 9 de febrero de 2025

Pesadilla interminable (1980)


Tras un par de meses sin comentaros una película, he decidido dedicar mi entrada cinéfila de este domingo a una de esas entrañables basurillas del fondo del contenedor de birrias, uno de esos títulos que no serán recordados el día de mañana como obras cumbre del séptimo arte pero que a algunos nos resultan simpáticos. En esta Pesadilla interminable –titulada originalmente Cataclysm– vemos como la doctora Claire Hansen sufre espantosas pesadillas –bueno, eso dice ella, porque lo que vemos que sueña son imágenes de una erupción volcánica submarina– a las que su marido intenta quitar hierro. ¿Y él quién es?, pues el escritor James Hansen, Nobel de literatura y autor de Dios está muerto, un polémico libro que le esta dando algunos problemas con su editor y algunos lectores. Así, para relajarse un poco, el matrimonio decide hacer una escapada a Las Vegas. Allí, en un espectáculo al que asisten, Claire participa en la actuación de un vidente y sufre algunas visiones por lo que decide invitarle a cenar con ella y su marido para comentar lo que le ocurre. Pero esa misma noche el artista fallece de forma misteriosa. 
 

A su vez, Abraham Weiss, un hombre que se dedica a la caza de nazis, contacta con un inspector de policía para contarle que ha visto en televisión a un peligroso asesino al que lleva buscando desde hace más de treinta años. Sin embargo, la persona que el policía encuentra no puede ser la que busca el anciano. Pese al innegable parecido entre ambos, el hombre es demasiado joven para que se trate del que vivió en la Alemania de los años 40. Esa misma noche, el anciano también es asesinado. Con posterioridad a esos hechos y de regreso en San Diego, una tarde James Hansen tiene la visita de un extraño hombre, un tal Papini que pretende ayudarle y convencerle de que tanto Dios como Satanás existen. Mientras tanto, las pesadillas de Claire se hacen más desagradables y el teniente Sterne decide investigar al joven que Weiss estaba convencido de que era el oficial nazi al que llevaba décadas persiguiendo y que en realidad es el líder de una peligrosa secta demoníaca. 
 

Protagonizada entre otros por un maduro y televisivo Cameron Mitchell, Faith Cliff, Richard Moll –el Bull de la comedia de TV Night Court, Juzgado de guardia en nuestro país– y Maurice Grandmaison, cómo será la película que en total tuvo tres directores, a saber: Phillip Marshak, Tom McGowan y Gregg G. Tallas. Con un guión bastante simple y un montaje algo abrupto, Pesadilla interminable deja entrever sin embargo bastante voluntad y cierto tono giallesco en su estética que le aportan un atractivo inesperado. Aún así, la ausencia de sangre, erotismo –y eso que Marshak era director de cine pornográfico– y efectos visuales impactantes lastra a este puñado de guano para gourmets de la serie B de la peor ralea rodada para el mercado directo de VHS. En resumen, una peliculilla de horror light para pasar el rato en aras de la nostalgia ochentera.

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