Y hoy nos visita Barry Lategan, un icónico fotógrafo sudafricano del mundo de la moda y la publicidad. Establecido en Inglaterra para estudiar en la Bristol Old Vic Theatre School cumplió el Servicio Nacional en Alemania Occidental, trabajando en el control de tráfico aéreo de la Real Fuerza Aérea en Colonia. Allí descubrió un club de aficionados a las cámaras y empezó a experimentar. De regreso en Sudáfrica, su madre le presentó a Ginger Odes, una fotógrafa de publicidad y moda de Ciudad del Cabo y así es como Barry comenzó a desarrollar su pasión influenciado por Cartier-Bresson, Capa, Eugene Smith e Irving Penn. A principios de los 60 regresó a Londres y unos años después abrió Rossetti Studios en Chelsea, donde se celebraron las primeras sesiones fotográficas con Twiggy como modelo. A finales de la década consiguió su primera portada para Vogue y trabajó como colaborador de figuras como David Bailey, Terence Donavan y Brian Duffy convirtiéndose en un prolífico fotógrafo de moda y belleza, lo que propició que a mediados de los 70 se trasladase a Manhattan donde se convirtió en estrella. Lategan falleció el verano pasado aquejado de demencia fronto-temporal a causa de una grave caída sufrida casi dos décadas atrás.
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