Es momento de presentaros a la madrileña Isabel Quintanilla, una artista cuya obra se engloba en el nuevo realismo español y de la que desgraciadamente no se ha divulgado su obra al mismo nivel que la de sus coetáneos hombres, como Antonio López. Dotada de un gran talento para el dibujo, con once años comienza a asistir a diversos talleres y estudios de otros artistas, compaginándolos con visitas al Casón del Buen Retiro –sede del Museo de Reproducciones Artísticas– y clases en la Escuela de Artes y Oficios, todo con vistas a ingresar en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid. Tras casarse con el escultor Francisco López y vivir unos años en Roma, regresa a España y se dedica a la docencia. Sin embargo, a partir de los años 70, su obra comienza a conocerse y a recibir premios, sobre todo en Alemania.
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