Pues nada, que ayer –despreciando una cómoda tarde de sofá al abrigo del aire acondicionado– decidimos salir a la calle, ir al cine y a cenar después algo rápido. La película escogida para ello fue La memoria de un asesino. Protagonizada por Liam Neeson –actor fetiche de mi señora esposa– junto a Guy Pearce, Taj Atwal, Harold Torres y la presencia siempre agradable de la gran Monica Bellucci, está dirigida por Martin Campbell, realizador todoterreno responsable tanto del re-make de Casino Royale con Daniel Creig como de la infame Green Lantern con Ryan Reynolds. En esta ocasión, la película también es una adaptación, inspirada concretamente en la belga De zaak alzheimer de Erik Van Loy, que a su vez se basaba en una novela de Jef Geeraerts.
El argumento de esta La memoria de un asesino nos cuenta –la verdad es que sin profundizar demasiado en el trasfondo de una trama de la que ya se han rodado varias películas o series de TV, la última temporada de Narcos Mexico, sin ir más lejos– como un asesino ya maduro y enfermo de alzheimer pretende retirarse al serle difícil llevar a cabo su trabajo con la profesionalidad y meticulosidad por la que ha ganado su reputación. Antes de ello, acepta un último contrato. Sin embargo, en base a su ética personal, se niega a asesinar a uno de sus objetivos por lo que la persona a eliminar pasa a ser él. Sabiendo que le queda poco tiempo, pone en marcha su propia venganza ayudando a un agente del FBI frustrado por no poder hacer justicia en un caso de corrupción infantil. El resultado es ameno gracias al siempre solvente Neeson en un personaje de los que ya está acostumbrado a interpretar aunque imprimiéndole esta vez un pátina de fragilidad y senectud más acorde con su edad real. La presencia de Pearce también ayuda a poner en pie este producto de puro entretenimiento de calidad, pero de usar y olvidar. No resultó mal la tarde ni la cena, pero –con 30ºC en la calle a las 21:50 horas– agradecí volver a mi sofá bajo el Fujitsu. Yo de vosotros esperaría a verla en alguna plataforma.
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