Hace 25 años estuve en La Habana y no queráis saber la de risas que se echaron cuando les conté la receta de lo que para nosotros es el Arroz a la Cubana. Pues pasa casi lo mismo en Bologna, donde no se hace pasta a la boloñesa, y menos esa mezcla de carne picada con tomate que seguramente es una adaptación popularizada internacionalmente por tropas norteamericanas después de la Segunda Guerra Mundial. Lo tipico allí son los Tagliatelle al ragú y aunque yo me he permitido la licencia de seguir utilizando spaghetti, aquí va la receta. Como siempre, las cantidades irán en función del número de comensales y el tamaño de los ingredientes.
Para hacer estos Spaghetti al ragú alla bolognese, poner en un cazo aceite de oliva y sofreir cebolla rallada a fuego lento, hasta que se dore. Echar apio cortado en trocitos pequeños, rehogar y añadir zanahoria rallada. Cuando esta adquiera una tonalidad amarillenta, agregar panceta cortada en taquitos y seguir dorando el conjunto sin dejar de remover. Es primordial que no se queme el sofrito ni se enganche al fondo de la cazuela. Cuando veamos que ya está a punto –a ojo de buen cubero, que uno no es profesional pero lleva cocinando veinticinco años–, añadir la carne picada subiendo el fuego un poco y cocinar sin dejar de remover. Cuando la carne haya perdido su color rosado, echamos un vasito de vino negro y esperamos a que se evapore el alcohol antes de añadir tomate triturado, sal y pimienta. Cuando arranque el hervor, bajamos el fuego al mínimo y cocemos, removiendo de tanto en tanto, por espacio de 50 minutos más.
A la hora de comer –es una salsa que es mejor dejar reposar unas horas– la calentamos antes de echarla sobre la pasta y completamos el plato con un poco de parmesano rallado. Y lo cierto es que el resultado es delicioso. Además, pese a necesitar una preparación más elaborada que la boloñesa típica, no resulta nada complicado de hacer. Probadlo.
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