domingo, 26 de abril de 2020

Verotika (2019)


Piltrafillas, supongo que habrá dos clases de personas que hayamos mirado esta película, a saber: die hard fans de cualquier cosa que huela a horror o amantes de la obra musical –o parte de ella– de Glenn Anzalone, más conocido como Glenn Danzig. Y de igual forma, creo que después de verla, quedaremos también dos tipos de personas: los que opinan que nos encontramos ante un monton de guano y los que pensamos lo mismo –sí, el despropósito de esta mierda es enorme– pero no deseamos la muerte de su autor aunque solo sea por los momentos que el tipo este nos ha hecho pasar escuchando algunas de sus canciones. Así pues, dejadme que limpie los restos de vómito de la comisura de mis labios y os hable un poco de Verotika. Como os digo, escrita y dirigida por Glenn Danzig –hasta tiene los santos cojones de firmar la dirección de fotografía–, la película son en realidad tres historias basadas en personajes de la editorial de comics Verotik, propiedad del artista. Así pues, presentadas por el personaje de Morella, que tan solo comenzar la cinta le saca los ojos a una pobre mujer a la que tiene atada, encontramos The albino spider of Dajette, Change of face y Drukija, countess of blood


En la primera historia, conocemos a una modelo de lencería que tiene tetas con ojos en los pezones –sí, habéis leído bien–, cosa que asusta a los hombres. Eso la tiene traumatizada por lo que, cuando se duerme, trae a la vida a una araña albina que se convierte en un ser antropomorfo que viola y asesina a mujeres y a quien la policía bautiza como el quiebrahuesos. La segunda historia nos enseña a una bailarina de striptease desfigurada que le quita la cara a otras chicas y la tercera es la enésima versión de la leyenda de la condesa Bathory y sus baños en sangre de vírgenes. En resumen, Verotika muestra un material que parece rodado con smartphone, efectos de maquillaje de puta pena, un guión... ¿pero hay de eso aquí? e interpretaciones patéticas a cargo de actrices de dudoso talento como Ashley Wisdom, Rachel Alig o Alice Tate e incluso de Kayden Kross, una modelo de Penthouse y ocasional actriz porno. Al final, lo único que se puede sacar bueno de esta montaña de basura es la música del propio Danzig y grupos como Metal Urbain, Fantôme o Ministry entre otros. Honestamente, no puedo recomendaros esta bazofia. Para masoquistas, mentes simples o seguidores a muerte de todo cuanto haga Glenn, aunque apeste.

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