viernes, 19 de octubre de 2018

The Night Flight Orchestra – Sometimes the world ain’t enough (Nuclear Blast – 2018)


Amigos del vinilo, de los de Helsinborg ya os hablé en una entrada que dediqué a su anterior lanzamiento por lo que no sorprenderá a nadie mi pasión por este batido de ELO, Survivor, Kiss, disco music, Jim Steinman... y tantos otros sonidos altamente reconocibles y recomendables. Así pues, no he podido dejar pasar la oportunidad de hablaros nuevamente de ellos y de este Sometimes the world ain’t enough que grabaron casi de inmediato a continuación de su fantástico Amber galactic de 2017. 


Producido por la banda principalmente entre los estudios del propio Richard Larsson y los Nordic sound lab, el line up es prácticamente el mismo que grabó su trabajo del año pasado y consiste en Björn Strid a las voces, David Andersson a la guitarra, Sharlee D’Angelo al bajo, Richard Larsson a los teclados, Jonas Källsbäck a la batería, Sebastian Forslund a la percusión y guitarras de apoyo, Hanna Carlsson al cello y Anna-Mia Bonde y Anna Brygard a los coros. 


Con portada de Sebastian Forslund y Carlos del Olmo, el track list de esta edición en vinilo picture disc es: 

A 
This time 
Turn to Miami 
Paralyzed 


B 
Sometimes the world ain’t enough 
Moments of thunder 
Speedwagon 

C 
Lovers in the rain 
Can’t be that bad 
Pretty things closing in 


D 
Barcelona 
Winged and serpentine 
The last of the independent romantics 
Marjorie 


Respecto al análisis de los temas, vaya por delante que quien destaca por encima de todos –al menos en estudio– es Strid con una voz versátil que encaja de maravilla en cada una de las canciones, tal y como ya quedaba sobradamente probado en sus anteriores obras. Y es que, en el fondo, este disco es más de lo mismo. This time tiene el sonido al que nos tienen acostumbrados estos tipos, un tema pegadizo y rapidito que engancha a la primera. Turn to Miami, con ese inicio a lo synthwave y melodía ochentera, nos muestra otro tema marca de la casa en el que hard rock y sonidos cercanos al disco pop setentero –coros femeninos incluidos– nos trasladan a épocas pretéritas bañadas por la nostalgia. Tiene un alegre solo de Andersson. Con Paralyzed llegamos al primer momento funky disco, siendo un tema en el que destacan las líneas de bajo del gran D’Angelo y con el que es imposible no mover los pies. 


Sometimes the world ain’t enough es el tema título del disco y todo un exponente de canción de hard rock con coros, estribillos pegadizos y un bajo funky que invita al baile, otro de esos en los que incluyen solo de teclados seguido del de guitarra. Como inciso, lo cierto que es que a muchos también nos gusta la oscuridad –el día antes de escribir esta reseña estuve disfrutando el Ordo an Chaos de Mayhem–, pero no se puede negar que la música de los TNFO contagia alegría, lo que es de agradecer en muchos momentos de nuestra vida. La cara prosigue con Moments of thunder, un medio tiempo con un inicio que me recuerda a Chicago, con una melodía preciosa, estupendos coros y un bonito solo de Andersson. Es, en definitiva, un tema sencillo y agradable, como todo en este disco. Y tras el momento de respiro, Speedwagon trae ritmo y energía, siendo otra de esas canciones en la que solo nos falta hacer palmas. 


Lovers in the rain es un temazo de estribillo pegadizo acompañado por unos teclados que me recuerdan vagamente a los de Never ending story de Limahl. No se puede negar que a las nuevas generaciones quizás les guste esta banda, pero el verdadero nicho de seguidores lo tienen en los cincuentones como yo, fans a los que el gusto por sus riffs, coros y melodías se mezcla con la nostalgia de sensaciones pasadas ¿no creéis? Can’t be bad es otro temazo que se inicia con la guitarra de Andersson y que de inmediato obliga a mover la cabeza arriba y abajo con una sonrisa en la cara. En el estribillo le he encontrado cierto regusto a Meat Loaf, salvando las distancias. Pretty things closing in se inicia con sintetizador y bajo –lo primero que se me viene a la cabeza es Heart of glass de Blondie– al que se une una guitarra funky junto a las voces y es claramente otro de esos temas que trasladan a finales de los setenta, a esa fusión de hard rock y ambiente de pista de baile con la que Vini Poncia –por citar alguien que creo que conocemos todos– ya experimentó en su época. 


Y como podéis imaginar, Barcelona por su simple título ya merece mi atención –a estas alturas supongo que ya todos sabéis que esa ciudad es mi hogar desde que nací–, pero es que además es otro tema marca de la casa que sigue los esquemas de la banda, con un sonido entre Survivor y pinceladas del Heading for a hero de Bonnie Tyler. En ese sentido, la parte buena es también la nota negativa, ya que el camino por el que transita la canción hace que resulte poco original y aporte poco. Pese a todo, es pegadiza, alegre y no desentona para nada en el conjunto del disco. Winger and serpentine es puro hard melódico ochentero, simple y directo y sigue este gran orgasmo musical con The last of the independent romantics, TEMAZO con mayúsculas en el que delicadeza y energía se mezclan para fructificar en uno de mis preferidos del álbum, con un estupendo trabajo de guitarras. Finaliza el espectáculo con Marjorie, un bonus track que aparece en las versiones en vinilo y digipack, que no sobra en absoluto y es más de lo mismo, The Night Flight Orchestra en estado puro. 


Resumiendo, un álbum muy completo, con muchas canciones, altamente disfrutable y súper recomendable. Dudo que aún no conozcáis a esta banda pero, de ser así, resolvedlo rápido amigos. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla







Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com

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