Y ya que estamos con películas europeas de mediados de los setenta, ahora también os hablaré de una, concretamente de la italiana Il sesso della strega, escrita y dirigida por Angelo Pannacciò. Al principio de la cinta, un sacerdote llega a la mansión campestre de los Hilton. Sir Thomas, el patriarca, se encuentra en su lecho de muerte apurando sus últimas horas de vida y hasta allí se han trasladado diversos sobrinos para despedir a su adinerado tío abuelo. Claro que el poco respeto que Thomas Hilton despertaba en vida queda de manifiesto cuando vemos que, mientras agoniza moribundo, los sirvientes encargados de dar lustro al sepulcro de la mansión se abandonan irreverentes a sus lujuriosas pulsiones. Esa misma noche, se conocen las últimas voluntades de Thomas Hilton. Todos los sobrinos y su secretario personal –algunos creen que su relación con el viejo iba más lejos de lo puramente profesional– escuchan atentamente las disposiciones del patriarca a la hora de repartir su legado. Todas las posesiones familiares se dividirán en partes iguales entre todos los primos, que cobrarán su parte al cumplir los treinta años. Evelyn, la hija del difunto, queda fuera del testamento debido al odio que siempre ha manifestado por la familia.
Esa misma tarde, Ingrid –una de sus sobrinas– le había contado a su tía Evelyn que Thomas , el padre de esta, había muerto. La mujer había afirmado saberlo ya diciéndole a su sobrina algo enigmático, que sólo ellas dos conocían ahora el secreto de los Hilton. ¿Cúal es ese secreto? De momento lo ignoramos, pero pronto veremos como uno de los sobrinos de Thomas fallece en violentas circunstancias y la policía centra sus investigaciones en Evelyn, quien al parecer es una bruja. En fin, amiguitos, lo cierto es que si dejamos a un lado la musiquilla giallesca –si me permitís la palabra– y la atmósfera extraña y opresiva que impregna todas las estancias de la mansión de Hilton, el resultado es bastante pobre y sólo se sustenta en las relaciones sexuales que mantienen la pareja de sirvientes y algunos primos y primas entre ellos. En ese sentido, la cinta es un buen exponente de sexploitation light con una buena colección de escenas eróticas. Pero por otra parte, el desenlace es pobre, las escenas con sangre están mal resueltas y las interpretaciones tampoco es que destaquen demasiado. Así pues, esta Il sesso della strega es una película recomendada únicamente a los amantes del género que –como me a pasado a mi– puedan disfrutar descubriendo a Pannacciò, aunque no puedo deciros si es su obra más representativa o mejor que os busquéis otra.
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