Dedico el domingo al norteamericano Andy Kehoe, un pintor e ilustrador afincado en Pittsburgh que utiliza tanto técnicas tradicionales como soporte digital para crear sus obras mágicas y brumosas. Según su propia biografía, es el hijo de un marino mercante asesinado por piratas que fue criado por iguanas, un potro de la isla de Man que vivió en Dublín, un nativo de los oscuros bosques de Rumanía que acabó luchando en la I Guerra Mundial y luego emigró a los Estados Unidos o un motorista que actuó como especialista en películas de acción. Qué hay de cierto y qué de fabulación en estas informaciones sólo lo sabe el artista.
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