El pasado verano estuve disfrutando de unos días en Copenhague, algo de lo que ya os aporté suficientes datos y fotografías en su momento. Y una de las noches –en realidad aún hacía sol y no serían más de las ocho– cenamos estupendamente en un restaurante hindú. Por mi parte disfruté de un picante cordero garam masala mientras que mi mujer e hija escogieron pollo tikka masala. Y al parecer, mi hija tiene un buen recuerdo de la ocasión porque a principios de la semana me pidió que este sábado le hiciese Pollo al curry igual que el que comió en Copenhague. Y mirad, igual lo que se dice igual, no sé si habrá salido, pero la intención es lo que importa. Os lo cuento.
Actualización 09.10.21: Después de ver en el canal Viajar un reportaje del cocinero Rick Stein recorriendo la India para probar sus platos tradicionales, he variado la receta original para hacerla lo más fidedigna posible a lo que sería un pollo con salsa especiada, ya que eso de curry es un invento británico.
Para tres personas, machacad en un mortero varias guindillas, semillas de comino y granos de pimienta negra. Cortad en juliana fina –o rallar, dependiendo del gusto– una cebolla grande y tres dientes de ajo. En una sartén con mantequilla, echad la cebolla, el ajo y la picada, añadiendo una cucharada más de comino, una de curry mezclado, una de cúrcuma, una de pimentón rojo, una de pimienta negra en polvo, una de canela, dos pellizcos de sal generosos, un manojo de cilantro fesco picado fino, el zumo de una lima y varios tomates cortados a dados después de quitarles la piel. Tras saltear unos minutos, añadid tres pechugas de pollo cortadas a cuadraditos de tamaño de bocado. Cocinadlo todo bien mezclado unos minutos para que el pollo se empape de todos los sabores. Luego echad 200cl de leche de coco y dejad cociendo a fuego lento hasta que reduzca el líquido quedando una salsa espesa y de tono amarronado. Cuando esté, reservad. Por otra parte, coced arroz en agua después de haberlo lavado varias veces para quitarle el almidón. Colad y reservad.
Llegada la hora, disponed en los platos el arroz hervido formando una base o una montañita, picad muy fino cilantro fresco y espolvoread por encima. Mientras, se pone el pollo nuevamente al fuego y cuando esté caliente se sirve sobre el arroz. Se puede acompañar de pan de pita pasado unos minutos por el horno o podéis usar tortillas de maíz. Y para beber, que no sé si marida o no, un Priorat de 2018 a base de garnacha negra. Sabrosísimo.
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