domingo, 21 de enero de 2018

Mother! (2017)


Amiguitos, ¿recordáis aquello de “Clapton es Dios” que en los años 60 apareció en Londres?, pues hoy os digo que Bardem es Dios. Y es que finalmente me he decidido por ver Mother!, la última obra escrita, producida y dirigida por el neoyorquino Darren Aronofsky. Y no es que no me guste su trabajo, de hecho por aquí ya han pasado las estupendas The wrestler (aquí) o Black swan (aquí). Sin embargo, las noticias sobre lo enrevesado del argumento de esta e incluso del enfado de algunos espectadores me hacían albergar serias reticencias a la hora de dedicarle un par de horas a su visionado. Protagonizada por Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Michelle Pfeiffer y Ed Harris, la historia que se nos cuenta –al menos en la primera capa de la cebolla que Aronofsky nos muestra– es la de una pareja aparentemente feliz compuesta por un escritor y su joven compañera, que residen en el hogar destruido del primero que ella está reconstruyendo amorosa y pacientemente. En el ambiente existe cierta tensión porque a él le cuesta encontrar la inspiración para poner punto final a la novela en la que está trabajando. Un buen día llega a la casa –una gran mansión en medio de la campiña– un desconocido que busca alojamiento y al que acogen. Al día siguiente se presenta su esposa y más tarde sus dos hijos, que acabn peleándose. No tardan en llegar numerosos desconocidos que acaban provocando una crisis en la pareja. Sin embargo, pasado un tiempo la superan y la vida parece regresar a la normalidad. Él se dedica a finalizar su novela y ella le anuncia que desea tener un bebé con él. Pero las cosas no tardarán en volver a torcerse... y a lo grande, con inusitada violencia incluso. 


Piltrafillas, la verdad es que si se trata de buscar tres pies al gato, no es demasiado difícil encontrar en la película evidentes claves bíblicas que por otra parte el mismo Aronofsky ha aceptado. El escritor es en el fondo un creador y su virginal pareja desea tener un hijo con él. Y digo virginal porque le acusa de no querer follarla. Por otra parte, en ese hogar que la protagonista dice querer convertir en un paraíso, aparece un desconocido, al día siguiente su esposa –casualmente, después de que al tipo le aparezca una extraña herida en el costado– y luego dos hijos que se pelean. ¿Os suena? En fin, que Mother! es en definitiva el resultado de meter el Antiguo Testamento en una batidora y mostrarlo con muchos primeros planos de una atormentada Jennifer Lawrence, enamorada de su pareja pero siempre al borde de perder el juicio, en el marco de una gran casa por la que sus visitantes no tienen el más mínimo respeto, una clara –al menos en mi opinión– alegoría de la Tierra. Pero tampoco me hagáis demasiado caso. El mismo protagonista en un momento de la cinta se refiere a su novela diciendo que está muy contento porque le ha gustado a todos y para cada uno de ellos tiene un significado. Debe ser lo mismo que quiere pensar Aronofsky de su obra. La verdad, no sé qué deciros. Encuentro pretencioso y hasta cierto punto tramposo y con afán publicitario el simular supuestos y profundos mensajes ocultos en una película que, pese a un guión críptico y liante, se entiende bastante bien. Me parece un poco como esos platos con nombres rimbombantes –ese filet mignon con vainas verdes y parmentier en lugar de bistec con alubia tierna y puré de patata– que no son más que un ejercicio de petulancia. ¿Es Mother! una mala película en mi opinión?, pues no se si esa será la palabra, pero aunque a mi me gusta que en ocasiones el cine me haga pensar, cuando lo que me provoca es aburrimiento deja de parecerme divertido.

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