Después de comer y de digerir lo comido en el hotel, salimos dispuestos a pasar la tarde al otro lado del Duero. Así, encaminamos nuestros pasos al Ponte Luiz I y contemplamos el atardecer en la terraza del Mosteiro da Serra do Pilar, en Gaia. Luego regresaríamos a Porto para seguir callejeando hasta la hora de cenar.
Y sí, lo que hay en ese azulejo es un bote con penes. Se trata de una obra de la artista polaco-irlandesa afincada en Porto que responde al pseudónimo de Berriblue.
Al día siguiente nos desplazamos de nuevo a Sâo Bento, esta vez para coger un tren a Guimarâes. Mucho más bonita que Braga en nuestra opinión –su centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad–, está considerada como la localidad en la que nació Portugal al ser la ciudad natal de Alfonso Henriques, primer rey de Portugal. Os acompaño imágenes de la Basílica de Sâo Pedro, fachadas en el Largo da Oliveira, el Padrâo do Salado frente a la Igreja de Nossa Senhora da Oliveira y el interior de esta.
Completan la serie imágenes de callejuelas de Guimarâes, el Antigo Convento de Santa Clara, rincones de la ciudad, el Castelo de Guimarâes y el Paço dos Duques de Bragança. De regreso a la estación de ferrocarril, nos pasamos por los tranquilos jardines de la Casa de Vila Flor, donde a la sombra corría una brisa muy agradable. Ya de regreso en Porto, saciamos nuestra sed cerca de la Praça de Carlos Alberto, en la animada Rua de Cedofeita, a donde regresaríamos más tarde para cenar y donde llamó mi atención el neón de una iglesia evangélica, tan diferente a la ornamentación de las barrocas iglesias de Porto.
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