lunes, 3 de agosto de 2020

København, Dag 2 (II)


De regreso después de pasear por el Kastellet y tras cruzar el Inderhavnsbroen y el Trangravsbroen, entramos en el barrio de Christianshavn, conocido por albergar la ciudad libre de Christiania, una especie de mezcla de reducto hippie y espacio narco en el que existen numerosas zonas en las que por razones obvias no está permitido tomar fotografías. Saliendo, se pasa junto a la iglesia de Vor Frelsers Kirke con su pináculo rodeado por una escalera en espiral. 


Camino del hotel, nos encontramos con la Fiskerkone –pescadera– en Gammel Strand a orillas del Frederiksholms kanal y de ahí llegamos a la plaza del Ayuntamiento o Rådhus en medio de una temperatura más que agradable. Y es que la ciudad –en realidad toda la zona de influencia del estrecho de Øresund–, pese a estar a finales de julio, disfrutaba de una temperatura que se movía entre 15ºC y 20ºC con rachas de fuerte viento que provocaban una sensación térmica menor. Los cielos tapados predominaron sobre los momentos de sol y que recuerde tan solo este día fue lo que uno consideraría completamente estival. Los daneses estaban encantados ya que la lluvia es para ellos algo casi diario y cuando cesa ya lo consideran buen tiempo... y yo también porque no sudar en verano casi me parece de ciencia ficción. 


Después de unas vistas del Superkilen Park en Nørrebro os muestro la fuente de Storkespringvandet en la calle Strøget, la que dicen que es la calle peatonal más larga de Europa –que llegamos a recorrer en diversas ocasiones, en uno u otro sentido– que une la Plaza del Ayuntamiento con la Kongens Nytorv, la plaza más grande de la ciudad y donde estuvo la horca de la ciudad hasta la segunda mitad del siglo XVII. 

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