Así es amiguitos, inicio lo que será una especie de niponno eiga nichiyôbi con un clásico del cíne de superhéroes japonés, ni más ni menos que Ôgon batto, o El murciélago dorado, una película dirigida por Hajime Satô para Toei cuyo inicio, con los títulos de crédito a los sones de “ogonbaaaaaaaat-to” ya anuncia la clase de producto casposo nostalgico friki nippon style que vamos a disfrutar. Basada en la figura de una especie de superhombre con cabeza de calavera -¿acaso fue la inspiración para el marveliano Cráneo Rojo?- creado por Ichiro Suzuki y Takeo Nagamatsu en los años 30, Ôgon batto se estrenó en 1966 con Sonny Chiba –actor, cantante y el primer deportista de artes marciales que alcanzó el estrellato internacional en el mundo del espectáculo- al frente del reparto. El argumento nos cuenta como Akira Kazahaya, un adolescente sin familia que trabaja en una factoría de automóviles y es un estudioso amateur del firmamento, descubre alarmado que el cometa Icarus ha variado su trayectoria y se dirige hacia la Tierra. Akira se lo comunica rápidamente a los responsables del observatorio de Tokyo, pero su máximo responsable el profesor Amano no le hace ni caso. Sin embargo, el anuncio de Akira llega a oídos de unos misteriosos agentes de negro que lo secuestran y conducen hasta una ubicación secreta en los Alpes Japoneses dónde es recibido por el Dr. Yamatone, miembro del Instituto de Investigación del Dr. Pearl que en realidad es una instalación secreta de la ONU para el estudio de amenzas a nuestro planeta.
Ellos también han descubierto el cambio de rumbo de Icarus y preveen que en diez días colisionará con la Tierra. Desgraciadamente no pueden cambiar su trayectoria, pero disponen de un potente cañón láser con el que pueden destruirlo. Entonces, Pearl y Yamatone piden a Akira que se una a ellos, a lo que el joven no pone objeción alguna. Su primera mision será acompañar al Doctor y a un equipo de agentes en la búsqueda de una unidad especial que ha desaparecido en medio del oceano Pacífico mientras buscaba el mineral con el que poder construir la lente del superláser. Cuando el grupo llega a una isla desconocida en donde se pierde el rastro de la unidad –al parecer se trata de la Atlántida que ha emergido de pronto-, entran en contacto con Nezo – que aparece a bordo de su nave, una especie de perforadora que tanto surca las profundidades marinas de nuestro planeta como el espacio sideral-, un extraño ser que les ataca y que en realidad es el culpable del cambio de direccion de Icarus. Escapando de él, encuentran por casualidad un sarcófago en el interior del cual detectan la existencia del mineral que necesitan para su láser. Sin embargo, al cogerlo, despiertan accidentalmente al Murciélago Dorado, una especie de esqueleto con vida que les ayuda a derrotar al ejército que los tenia acorralados y que resulta ser un ente que ha permanecido en letargo 10.000 años que por fin ha regresado a la vida dispuesto a impartir justicia. Por supuesto, Nazo no esta dispuesto a darse por vencido y envía a sus secuaces Queloide, Piraña y Chacal a robar el láser. En fin piltrtafillas, que Ôgon batto es una entretenidísima película de acción con efectos especiales y visuales cutres, maquetas de baratillo, decorados de cartón piedra y vestuario ridículo, con un villano con aparencia de estúpido disfrazado con un pijama de franela con orejas que le va grande y tiene una garra de plástico que más que miedo provoca vergüenza ajena, lo que no hace más que acentuar el carácter de cine matinal de evasión de nuestra infancia. Pese a todo, la calidad final del producto es notable, lo que sumado con la componente nostálgica hace que la película sea del todo recomendable para frikis como este que os escribe.
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