Y la segunda cinta de la que hoy os hablaré es Il plenilunio delle vergini, una película italiana de 1973 dirigida por el infame Paolo Solvay –cuyo nombre real era Luigi Batzella- protagonizada por Mark Damon y Rosalba Neri, una antigua conocida de este blog a la que ya pudimos ver en –por ejemplo –99 Women de Jess Franco o La bestia mata a sangre fría de Fernando Di Leo. En esta que me ocupa ahora se explica la historia de Karl Schiller, arqueólogo interesado en misterios y leyendas que cree haber encontrado la ubicación del mítico anillo de los Nibelungos, un objeto de gran poder que es capaz de despertar a las criaturas de las sombras. Según él, está en Transilvania y concretamente en el castillo de Drácula. Karl se lo cuenta a su hermano gemelo Franz, un jugador lleno de deudas que se pregunta si las leyendas de vampiros no amedrentarán a su hermano. Pero Karl le muestra un amuleto egípcio que puede protegerle y gracias al cual no debe temer nada. Entonces vemos como Franz le roba el amuleto a Karl y se adelanta a caballo hasta la aldea en la que se alza el castillo. Al llegar a un mesón conoce a una sirvienta que le hace saber la razón por la que los lugareños están algo alterados. La siguiente noche será la de la luna llena de las vírgenes, una fecha que se da cada cincuenta años y en la que cinco vírgenes son señaladas por algún tipo de fuerza demoníaca que las atrae al castillo para no regresar jamás. Franz –que pasa la noche con la joven y pierde su amuleto-, se dirige al día siguiente al castillo, en donde se encuentra con la criada de la condesa Dolingen De Vries, que le invita a cenar. Cuando Karl descubre que su hermano le ha sustraido el amuleto, sospecha donde puede estar y emprende viaje hacia el castillo de Drácula sin imaginar que tendrá que rescatar a Franz de las garras de la condesa.
Corro a por ella. Me encantan los anacronismos, me río un montón.
ResponderEliminarAnacronismo, ese eufemismo para definir las chapuzas.
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