viernes, 7 de agosto de 2020

København, Dag 4 (II)


Luego nos trasladamos a Helsingør, pueblo donde se encuentra el castillo de Kronborg del que se dice que Shakespeare se inspiró en él para ubicar el Castillo de Hamlet. Desde las playas junto al castillo se puede ver la ciudad sueca de Helsinborg, unida por ferry a Helsingør. En su foso exterior hay una de las –no sé si llamarla escultura más morbosas que he visto. Se trata de una mano, como de alguien que se esté ahogando, que además no se encuentra fijada al fondo firmemente por lo que tiene cierto movimiento que la hace muy real. 


Y después de tomar una cervecita en la animada plaza de Axeltorvet, regresamos a Copenhague para descansar un poco antes de dar un nuevo paseo al atardecer dispuestos a encontrar un sitio para cenar. Lo cierto es que durante nuestra estancia en la ciudad sólo cogeríamos el metro en una ocasión. El resto de desplazamientos –excepto los viajes en tren a otras localidades, evidentemente– los haríamos siempre a pie, que es como nos gusta recorrer las ciudades, única forma de respirarlas, palparlas y crearse un mapa mental de ubicación. Así es como descubrimos un rincón encantador en los jardines de la Biblioteca Real antes de desembocar en Nyhavn, esta vez de noche. Para finalizar el día, una vez más, acabamos pasando por la Rådhuspladsen a pocos minutos de nuestro hotel. 

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