Demons (1985)
En ese libro se explica que aquel que se ponga la máscara se convertirá en demonio y esparcirá el mal. Entonces, uno de los protagonistas se corta con la máscara y se transforma, comenzando a matar a sus compañeros. Paralelamente, la chica que se había cortado en el cine, se convierte también en un ser diabólico y empieza a masacrar a los espectadores o a contagiar a aquellos que sobreviven a sus heridas. Además, las puertas del cine están tapiadas sin explicación –de hecho, todo el argumento carece de explicación, amiguitos– por lo que se intuye que las víctimas van a caer como moscas. En fin piltrafillas, unas interpretaciones no demasiado malas, pero una fotografía bastante oscura y unos efectos de maquillaje toscos aunque sin escatimar sangre o fluidos son las características más remarcables de la cinta. Tenemos encías sangrantes, heridas purulentas, diversas partes de cuerpos cercenadas, ojos reventados... el catálogo completo junto a personajes extraños –que después no tienen relevancia alguna– así como un valiente y la chica a la que debe salvar, todo para acabar de redondear el paquete de tópicos en una película que no se sabe si es un homenaje al cine slasher gore o un pastiche de la peor ralea.
No obstante y contra todo pronóstico, resulta entretenida siempre y cuando uno la afronte predispuesto a encontrar un subproducto de serie Z. Muertos que reviven, contagios por mordisco y el héroe con una katana... a ver si ahora resultará que Robert Kirkman le debe más a Demons de lo que nunca ha reconocido. Sumemos una banda sonora en la que se oyen temas de Mötley Crüe, Scorpions, Accept o Saxon y ya tendremos otro divertimento más que indicado para el confinamiento en este mundo de COVID-19 que nos ha tocado vivir.
Otras cintas de Lamberto Bava vistas es este blog:
Macabre (1980) aquí
Le foto di Gioia (1987) aquí
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