Piltrafillas, hacía tiempo que no os hablaba de Andy Sidaris y otra de sus películas de la serie Triple B –bullets, boms & babes, aunque hay quien dice que la tercera B es para boobs– rodadas con amiguetes recurrentes al más puro estilo Santiago Segura –como su actor fetiche Rodrigo Obregon, algo así como lo que Antonio Mayans fue para nuestro Jesús Franco– y numerosas playmates que aparecían en casi todas sus cintas, a veces en un mismo papel y otras a cargo de personajes distintos. Será por eso que en el fondo casi siempre parece que uno está viendo la misma película de acción, con agentes del gobierno femeninas, algunas explosiones, desnudos gratuitos y un trabajo de interpretación pésimo. Debo confesar que los guiones, sin ser nada del otro mundo, me acostumbran a parecer entretenidos. Sin embargo, no ha sido el caso de Savage beach, la película que hoy os presento y que viene a formar parte de la mencionada serie de 12 que rodó entre los 80 y los 90, de las que me propongo completar sus reseñas. Así pues, dirigida y escrita por el orondo realizador de Chicago, Savage beach cuenta con Dona Speir y Hope-Marie Carlton como pareja protagonista llevando a la pantalla a Donna y Taryn, dos agentes federales de la Drug Enforcement Division con sede en Molokai que, después de desbaratar los planes de unos traficantes, son requeridas para llevar en avioneta un cargamento de medicinas hasta Knox Island.
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