domingo, 7 de mayo de 2017

Tracking (1981)

 
 
 
 

Y ya que estamos con estrenos de principios de los 80, la segunda película de la semana es la francesa Tracking. Dirigida por el suizo Pierre B. Reinhard y protagonizada por Annick Chatel, Natasha Davidson y Genevieve Lesourd, la historia nos muestra a Lisa, Natalie y Stephanie, tres adolescentes que pasan sus vacaciones en la mansión familiar de la primera. Las jóvenes son algo conflictivas, lo que queda claro cuando bromean con matar a su tía –que de tanto en tanto las visita por si necesitan algo– y no dudan en disparar contra su coche. Otra cosa que queda clara es que las chicas están muy revolucionadas hormonalmente, primero cuando intercambian fantasías sexuales y más tarde cuando comienzan a sufrir alucinaciones en las que el fantasma de un soldado las viola y martiriza. 

 
 
 

Inquietante y con varias escenas de desnudos adolescentes, la música angustiosa de Christian Bonneau ayuda a crear una atmósfera opresiva y enfermiza que hace que la visón de la cinta se haga incómoda. Así, estamos ante un slasher sin sangre que resulta más escalofriante que la más gore de las películas de ese tipo, todo un punto a favor de Reinhard. Tras la apariencia de sexploitation banal, Tracking es un retrato turbador del despertar sexual de Lisa y sus amigas, la una traumatizada por una historia familiar y las otras contagiadas de la misma paranoia colectiva que afectó a aquellas jóvenes puritanas de Salem en el siglo XVII. O quizás no todo sea producto de su imaginación. En definitiva, interesante y recomendable.

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