Esta semana también hay reseña de una de las triunfadoras de la pasada edición de los premios Goya, la estupenda Tarde para la ira, el debut tras las cámaras de Raúl Arévalo –autor también del guión junto a David Pulido– a quien muchos recordaréis por su papel de coprotagonista en La isla mínima, otra de las grandes películas españolas de los últimos años y de la que ya os hablé aquí en su día. Protagonizada por el trío formado por el incombustible Antonio de la Torre, Luis Callejo y Ruth Díaz –aunque el Goya al mejor actor de reparto se lo ha llevado este año Manolo Solo por su pequeño papel–, la opera prima del actor y realizador madrileño nos cuenta como, tras salir de prisión después de cumplir ocho años de condena por su participación como conductor en un atraco, Curro se ve envuelto en una venganza que trastocará sus planes de iniciar una nueva vida junto a su pareja.
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