Llega mi reseña de este domingo, amiguitos, que va dedicada nada más ni nada menos que a Comanchería, de David Mackenzie. Titulada originalmente Hell or high water –en nuestro país o Francia ha recibido el mismo título y en hispanoamérica un más acertado Sin nada que perder que se acerca a la expresión norteamericana, que vendría a ser más o menos "pase lo que pase"–, lo que nos cuenta es cómo un joven granjero divorciado y con hijos se dedica a atracar sucursales bancarias en el oeste de Texas con la ayuda de su hermano –un delincuente recién salido de prisión– con el fin de conseguir el dinero para cubrir su hipoteca y salvar así el hogar y las tierras de la familia.
Protagonizada por el fantástico Jeff Bridges, un Chris Pine estupendo que sin embargo tenía atravesado desde que le vi como el nuevo Jack Ryan –ver aquí– y Ben Foster, el flamante ganador del Spirit Award a mejor actor de reparto por este papel, Comanchería tiene un ritmo pausado y supone un crudo retrato –en cuanto a realista y desprovisto de fuegos de artificio– de la loca idea que llevan a cabo estos hermanos, tan diferentes entre ellos pero unidos por una inquebrantable lealtad fraternal. Aquí no hay ni persecuciones imposibles ni cruce de disparos a cámara lenta ni delincuentes con máscaras de diseño, lo que encontramos es un par de desgraciados atracando bancos con sus capuchas y pasamontañas raídos. Unos forajidos con los que, sin embargo, podemos sentirnos identificados hasta cierto punto, sobre todo gracias a Mackenzie, que sibilinamente acompaña la innegable actuación delictiva de la pareja con la publicidad carroñera de los bancos o el testimonio de la camarera, capaz de aparcar la ética cuando se trata de dar un techo a sus hijos. Sea como sea y –sin destriparos nada–, tal como uno de los protagonistas dice al final de la cinta, los actos cometidos y su resultado será algo con lo que los implicados deberán convivir el resto de sus días, igual que vosotros si la dejáis pasar. Recomendada, sin duda.
Sobresaliente. De lo mejor que he visto en el último año (no soy yo mucho de musicales). Cualquier cosa que hace Jeff Bridges es para enmarcar y Ben Foster está hecho para papeles de cabrones así. Sólo te faltó hablar de la banda sonora que completa la película en cada escena y que no es obra de dos piltrafillas precisamente ;)
ResponderEliminarSaludos y felicidades con retraso, su Cincuentona Majestad...
Gracias a ti, por leerme, por comentar... y por la felicitación.
ResponderEliminarUn abrazo.