Piltrafillas, después de la decepción de la anterior película, alegro la tarde con un título menos pretencioso pero más efectivo. Hoy nos visita Riccardo Freda, un director italiano de origen egipcio cuyo operador de cámara fue en varios títulos el mítico Mario Bava. Su filmografía abarca desde peplums con Maciste como protagonista a películas de terror, giallos e incluso westerns. Y esta Follia omicida de 1981 que hoy os traigo fue su última obra. En ella se nos cuenta como 15 años después de abandonar su hogar en la campiña de Surrey, Mike –un famoso actor– decide visitar a su madre a la que no ha visto desde entonces en compañía de su novia, Debora. A su vez, citará en la casona al equipo de rodaje de su próxima película con la idea de buscar localizaciones para exteriores. Entonces nos enteraremos de que, cuando Mike era sólo un crío, apuñaló a su padre –un conocido director de orquesta– causándole la muerte. La cercanía de Mike a los escenarios de su infancia y el comportamiento de su extraña madre y Oliver, el capataz, enrarecerán el ambiente del encuentro provocando que los fantasmas del pasado regresen a la mente del actor. Pronto comenzarán a ocurrir sucesos violentos.
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