Durante mi estancia en München, dedicamos una mañana a visitar el Konzentrationslager Gedenkstätte Dachau, al noroeste de la capital bávara. El campo de Dachau –el primero que construyeron los nazis y que sirvió como prototipo y ensayo de los que vendrían más tarde– alberga hoy en día este memorial que visitan numerosos turistas cada año. Y la verdad es que no puedo deciros que no fuese interesante hasta cierto punto, pero uno ya ha visto tantas veces las imágenes de la barbarie, las filmaciones de la liberación de este y otros campos de concentración y los montones de cadáveres apilados en fosas ante el semblante demacrado de prisioneros a los que apenas resta un ápice de humanidad en los ojos, que la visita de un enorme espacio abierto en el que sólo se conservan dos barracones no le hace justicia al hacinamiento y demás sufrimientos que los hombres que pasaron por allí padecieron. De alguna manera –en mi opinión–, el resultado es aséptico, como de parque urbano. Sea como sea, aquí tenéis el documento en imágenes.
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