Hoy, el protagonista es el Palacio Nacional, al que se llega tras un ameno recorrido desde la estación a lo largo de la Volta Duche, una avenida jalonada de escultura que convierten el camino en un agradable paseo por un museo al aire libre. Del palacio –cuyos patios, capilla y estancias interiores son de agradable visita– destacan sus enormes chimeneas cónicas gemelas, sin duda su rasgo distintivo.
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