sábado, 12 de diciembre de 2015

Mis once de 2015

Llegado este momento del año, parece que casi por obligación más que por tradición toque confeccionar las consabidas listas de lo mejor del año, esas que nadie se lee y que, de tan subjetivas, no acostumbran a tener interés, ni artístico ni de orden alguno. Sin embargo el colega Ángel ha hecho un llamamiento al que no me he podido negar. Así pues, voy a ello. Si no recuerdo mal, en el pasado ya participé en algo similar y seguramente –no pienso buscarlo ahora, es lo que hay– en aquel momento dije algo parecido a lo que ahora os precisaré y es que ni creo que estos, mis elegidos, sean realmente los mejores álbumes de 2015 –no los conoco todos para poder comparar– ni el orden refleja una especie de mayor a menor valía jerárquica en la clasificación, sino el grado de satisfacción que en un momento dado me han proporcionado, que ya se sabe que es una apreciación que varía con el tiempo y el estado de ánimo. Y es que lo único que os puedo asegurar es que estos son, nada más y nada menos que los álbumes que durante este 2015 a punto de finalizar han llamado mi atencion lo suficiente como para escucharlos en diversas ocasiones y desear hacerlo con cierta continuidad. Por supuesto, he obviado los lanzamientos de años anteriores que hasta ahora no he descubierto, que también de esos han habido. 

Allá voy, pues. 

Avatarium – The girl with the raven mask (Nuclear Blast) 


De este grupo solo conocía la canción Moonhorse de 2013, que me había gustado lo suficiente como para guardármela pero que no me había hecho profundizar en el grupo. Sin embargo, el disco de este año con su mezcla de guitarras doom y voz folkie me ha atrapado. Es, por la agradable sorpresa que ha supuesto descubrirlo, el primero de mi lista. 



Ghost – Meliora (Loma Vista) 


Desde que descubrí a estos suecos con su primer elepé, me enamoraron. Esa mescolanza de doom, pop y metal junto a la componente teatral de su propuesta siguen llamando mi atención y este Meliora me parece de lo mejorcito que ha salido este año. 


Slayer – Repentless (Nuclear Blast) 


Amiguitos, lo cierto es que no sé si este grupo debería mantener ese nombre o tendría que llamarse Slaxodus porque, sin duda, la aportación del incombustible Gary Holt ha supuesto un soplo de aire fresco además de una inestimable tabla de salvación frente al peligro de no alcanzar el nivel adecuado. Sin embargo, el resultado ha superado con creces mis expectativas ya que, si os soy sincero, esperaba poco del nuevo disco de los californianos. Pero, pese a la desgraciada desaparición de Hanneman –el más importante motor de la música de la banda–, la llegada de Holt y el regreso de un fresco Bostaph han conseguido dar forma a un muy aceptable disco. 


Stryper – Fallen (Frontiers) 


Con Stryper me quedé en el In God we trust, lo admito. A partir de ese álbum se me comenzaron a hacer pesaditos y faltos de ideas. No tenéis que estar de acuerdo conmigo, amiguitos –el arte y la percepción que de él tenemos es de lo más subjetivo–, pero lo cierto es que así ocurrió. Sin embargo, con el No more hell to pay de hace dos años captaron de nuevo mi atención. Ese pedazo de disco fue impresionante, aunque muchos temíamos que no tuviese continuidad. Pero nada de eso ha pasado, con Fallen lo han vuelto a conseguir con creces, ¿o no estáis de acuerdo? Esa es la razón por la que Michael Sweet –el líder de la banda– y sus colegas aparecen en esta lista. 


The Darkness – Last of our kind (Canary Dwarf) 


Sí señor, los británicos merecen que les reconozcamos el trabajo. Su primero, como seguramente a muchos de vosotros, me sorprendió gratamente y es uno de los muchos cedés que poseo –de hecho, ya os lo comenté en este espacio– de cuando aún compraba música en ese soporte. Pero si os soy sincero, quitando temas sueltos como Bald –que escuché bastante–, su siguiente trabajo no me atrajo tanto. Y ya no os cuento el Hot Cakes. Por eso, cuando escuché este último, del que esperaba bien poco, me pareció muy bueno y más que recomendable. Así, aunque ya no gocen del favor de la prensa que disfrutaron a principios de siglo, no os lo deberíais perder. Suena a cliché, pero yo diría que han madurado. 


Faith no More – Sol invictus (Reclamation) 


Amigos, este es uno de mis grupos preferidos y el anuncio de un nuevo lanzamiento después de tantos años de separación me ilusionó de qué manera. Esperaba mucho de ellos. Y ahora, escuchado este Sol invictus, os diré que el resultado no ha colmado al 100% mis expectativas, quizás porque el baremo era muy alto. Aún y así, el álbum es lo suficientemente bueno como para estar en esta lista sin ápice de duda. 


Iron Maiden – The book of souls (Parlophone) 


Bueno piltrafillas, pues resulta que esperaba bien poco de ellos y, aunque el resultado va en la línea de los Maiden de los últimos tiempos, me ha resultado más complejo de lo que en principio parecía. Además, estos tipos son una leyenda. Pero si os soy sincero, están en esta lista más por lo que supone un nuevo lanzamiento del grupo que por que el resultado me haya satisfecho sensiblemente. Aun así, sigo dedicándole escuchas, a ver si advierto algun matiz nuevo que le haga subir puntos en mi particular ranking. 


W.A.S.P. – Golgotha (Napalm) 


Y si de Maiden esperaba poco, imaginaos de Blackie, de quien desde hace años me parece estar escuchando los mismos riffs, melodías y coros. Sin embargo, decidí darle una oportunidad a este Golgotha y –sin que me parezca redondo– este álbum demuestra que Mr. Lawless aún puede resultar excitante, sobre todo en canciones como Scream, Miss you, Eyes of my maker o el tema título. Para ser honesto, hubiese tenido que ponerlo por delante de los Maiden. No lo he hecho por una cuestión de respeto a la trayectoria y a la importancia del grupo británico. 


Saxon – Battering ram (UDR) 


Saxon no defraudan, ni hacen más ni hacen menos de lo que se espera, cumplen e incluso ilusionan en algunos momentos –los dos primeros temas de este álbum producido por Andy Sneap son muy cañeros– aunque a mi me gustó más en general la aventura en solitario de Byford el año pasado con The Scintilla Project. Pero no se puede negar que Biff y Paul tienen aún mucha garra pese a llevar casi cuarenta al pie del cañón, habiendo conseguido el estatus de leyendas entre los amantes del hard rock sin –por contra– haber alcanzado el nivel de estrellato de otros colegas de época. Sólo por eso merecen que alabemos todo aquello que editen con el mínimo de calidad que ellos saben. 


Praying Mantis – Legacy (Frontiers) 


De estos no soy precisamente un seguidor. Hace años había escuchado su Time tells no lies, pero nunca he comprado un solo disco de ellos. Y no porque no tengan calidad sino porque –no nos engañemos– no están en la primera división del metal precisamente y tampoco he tenido demasiadas oportunidades de descubrirles y escuchar su música. Pero, hete aquí que un día me llega la noticia de un nuevo lanzamiento de Frontiers, le doy al play... y me encanta lo que escucho, muchísimo. Total, que sin hacer demasiado ruido, la mantis religiosa se ha metido en esta lista por su propio mérito. Dadle una oportunidad al álbum, hacedme caso. 


Ram – Svbversvm  (Metal Blade)


Y a estos suecos tampoco los he seguido nunca, aunque tengo una vaga idea de haber escuchado algo de su anterior lanzamiento. Sin embargo, hasta ahora con su último cedé no habían llamado mi atención. Un heavy metal clásico y sin concesiones con buenas guitarras y melodías que, pese a esa atractiva pátina tardo-ochentera, suena de lo más fresco. Muy recomendable. 


Bonus Albums 

Chris Holmes – Shitting bricks (Non Nobis) 


Me parece estar escuchando algunas sonrisas burlonas. Lo sé, Chris Holmes está acabado y su último cedé tiene una calidad más que discutible. Podemos decir incluso que Shitting bricks es basura, sí... pero no tanto. Ojito. Es verdad que canta de puta pena –lo de los clips ya es del nivel de Leticia Sabater o Josmar–, pero ese deshecho humano derrocha actitud y metal por todos los poros de su maltrecho físico. Y temas como Let it roar, Get with it o el tema título aún le hacen a uno menear la cabeza. Así pues, aunque sea como bonus, los que le recordamos en el clip de I wanna be somebody todavía respetamos a Mr. Holmes. Y si ahora se divierte con esto, dejemos al pobre hombre que sea feliz. 


Steven Wilson - Hand. Cannot. Erase. (Kscope) 


A Porcupine Tree llegué tarde, muy tarde, tanto que cuando descubrí por primera vez joyas como Deadwing o Fear of a blank planet, el grupo ya no existía. Pero Steven Wilson también tiene una carrera en solitario y –mientras encuentro tiempo para familiarizarme con ella– de momento este año he podido disfrutar de este fabuloso Hand. Cannot. Erase. que desde aquí os recomiendo aunque en apariencia –engañosa– no pegue demasiado con el tipo de música del que disfruto. 


Y hasta aquí mi lista. Seguramente se habrán quedado fuera un buen montón de álbumes, unos por que no han llegado a mi conocimiento y otros porque pese a no haberme desagradado, no me han provocado esta vez una especial sensación. Pero tampoco es que importe demasiado, ya sabemos que estas listas no interesan más que al que las escribe. 

©King Piltrafilla

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