sábado, 26 de septiembre de 2015

Show-Ya, hard-rockeras del Extremo Oriente


Piltrafillas, hasta hace poco no había oído hablar de Show-Ya, palabra. Para mi, en los 80 las all-female bands de referencia eran Girlschool, Phantom Blue y Vixen, con permiso de The Runaways que ya eran historia. Y si hablamos del país del sol naciente, en esos años solo había descubierto a Loudness, Vow Wow y Earthshaker (lo de EZO sería ya al finalizar la década). Por eso ha supuesto un verdadero placer descubrir a un grupo femenino que no conocía, con una discografía tan completa y una calidad de esta magnitud. 


Las Show-Ya llegaron a mis oídos hace muy poco gracias al previo descubrimiento de Steffanie en una fotografía perteneciente a la portada de su single Rock the planet. Esa especie de Lita Ford nipona portando una BC Rich rosa llamó lo suficiente mi atención como para investigar de quién se trataba. Así me enteré de que Steffanie Borges era una vocalista norteamericana de madre japonesa y voz muy parecida a la de Pat Benatar que a mediados de los 80 había editado para Warner-Pioneer Hideaway y Pink Noise, dos álbumes de hard rock melódico y pinceladas poppy muy recomendables, con Kenji Kitajima y Jeff Northrup como guitarristas. Siguen Hideaway, Get out of my heart, Rock the planet y Miles away, un tema que los Fastway también grabaron en su Bad bad girls





Y fue a principios de los 90 cuando Steffanie entró en contacto con la súperbanda femenina de hard rock Show-Ya que gozaba de enorme fama en su país y que la fichó para el puesto de vocalista en substitución de Keiko Terada, cantante original y cofundadora del grupo. Con ellas grabaría el disco Touch the sun, de hecho él único en el que participó y tras el cual se retiró de la escena musical. 


Total, que una cosa me llevó a otra y decidí ahondar un poquito más en la obra de estas mujeres. Así fue como conseguí la discografía de la banda –bendita internet y sus herramientas para compartir arte– y hoy puedo ofreceros algunos datos sobre ellas. 


Así pues, os diré que Show-Ya se formaron a principios de los 80 cuando la vocalista Keiko Terada y la teclista Miki Nakamura, que ya habían tocado juntas, decidieron unirse a la guitarrista Mitsuko Numata para competir en un concurso de bandas femeninas. Las chicas ganaron y consiguieron un contrato con Toshiba-EMI que les tenía que reportar la grabación de un álbum. Pero eso no ocurrió hasta un par de años más tarde, con Numata fuera del grupo y Show-Ya completada con Miki Igarashi a la guitarra, Miki Tsunoda a la batería y Satomi Senba al bajo, cuando en 1985 editaron su debut Masquerade show después de adquirir notoriedad con un single que sirvió para una campaña publicitaria de Coca-Cola

Keiko en los 80

El álbum, producido por Akira Tanaka, era una irregular mezcla de temas melódicos con otros de rock guitarrero, algo desigual en su conjunto. Sin embargo, el resultado estaba un pelín alejado de la verdadera naturaleza de las chicas, que en directo eran mucho más duras y rockeras. Quizás por ello y gracias a que el disco se mezcló en los Abbey Road studios de Londres, Show-Ya tuvieron la oportunidad de tocar en el mítico Marquee ante un público que no las conocía de nada y obtuvieron en su país un éxito moderado que definitivamente puso a las chicas en el camino al estrellato. Del disco destacan Touch down, Madôu –de mis preferidas de este álbum–, la purpleliana Talon of king, un cover de sus compatriotas Hellen, o la cañera Hurry up. Os adjunto la mencionada Talon of king


A Masquerade show le siguió Queendom, de nuevo con producción de Tanaka y mezclado en los Abbey Road studios. En este trabajo tuvo mucha mayor presencia la guitarra de Igarashi –todo un descubrimiento– aunque la imagen del grupo siguió acercándolas más a una formación de pop rock melódico que a una banda de metal femenina. A mi me recuerdan a unos primerizos Bon Jovi con ramalazos de Rainbow y quizás por esa razón el resultado volvió a ser altamente interesante, destacando la speedica Mr.J, la estupenda In the night –menudas voces– y las blackmorianas Secret, Again o Fire, donde Terada, Igarashi y Nakamura se lucían. Comprobad como sonaba Shidokenaku emotion en directo.



Con gran rapidez, las chicas aprovecharon el tirón de su incipiente fama y editaron Ways con Akira Tanaka nuevamente a los controles de la producción. Esta vez, el resultado en los temas de corte rockero fue mucho más parecido a lo que las chicas –unas verdaderas fanáticas de AC/DC, Led Zeppelin o Deep Purple– ofrecían en sus actuaciones en directo. Pese a ello, el grupo –o la discográfica– decidió dejar en manos de alguien ajeno a la banda la composición del single, una poppy One way heart que se encuentra –en mi opinión- entre las prescindibles del álbum. Así, entre los temas que se salvan destacaría Shot, Blow away, Over now, Townscape y Fairy, siendo el resto –y esto es muy subjetivo, lo acepto– de lo peorcito que se se podía escuchar en su aún corta carrera. La que he escogido para ilustrar la época ha sido Fairy, sacada de un concierto de 1991. 


Pero a esas alturas, el éxito de Show-Ya comenzaba a ser de tal calibre que EMI no podía permitirse dar ni un resbalón por lo que, para su siguiente álbum, se requirieron los servicios del experimentado Yasushi Akimoto para ejercer como director musical del grupo, que en febrero de 1987 editaron Trade last. Akimoto escogía canciones, letras, arreglistas –con especial preeminencia de Makoto Matsushita– y cambió la estética de Show-Ya consiguiéndoles la oportunidad de realizar un tour por todo Japón, el Date Line Tour, del que la banda sacaría al mercado su primer VHS conteniendo la actuación ofrecida en el Nakano Sun Plaza de Tokyo. Sin embargo, el haber perdido el control provocó que por primera vez desde que fundase el grupo, Terada no interviniese en la composición de los temas. El resultado fue un disco con una producción extremadamente comercial destinado a proporcionar a la banda presencia en emisoras de radio y cadenas de televisión del que se me hace difícil encontrar una cantidad respetable de temas a recomendar. De todas formas, de mencionar alguno me quedaría con Narcissist, que es precisamente el clip que acompaño junto al de Sono ato de koroshitai sacado de una actuación en televisión. 



En los siguientes dos álbumes, Matsushita se ocupó también de los arreglos aunque –quizás dándose cuenta de que el grupo no se encontraba cómodo manteniéndose al margen de la creatividad– dejó que sus integrantes adquirieran mayor peso en el resultado final, tanto de letras como de las melodías. Así, en 1987 vio la luz Immigration, el primero de los dos que fueron mezclados en Los Angeles por Andy Johns, que dio a Show-Ya la oportunidad de entrar en contacto con la escena angelina y conseguir dar una actuación en el Roxy Theatre que les otorgó visibilidad en la prensa –que las calificó como unas Vixen niponas–, así como la colaboración de músicos como Jonathan Cain de Journey, Rick Nielsen de Cheap Trick o Tom Keifer de Cinderella que aportaron temas para Glamour, el lanzamiento del año siguiente. Entre medias, EMI editó Turn over, el primer disco en directo de Show-Ya. Os haréis una idea del espectáculo que ofrecían las chicas gracias a la grabación completa en el Nakano Sun Plaza Hall que acompaño. 


De Immigration destacan Uso da to itte yo moon light, Kodoku no meiro, That was then this is now y 2000 mairu no koi. Y de Glamour, al que considero muy superior a su predecesor y un paso claro en posicionarse como potente banda de hard rock melódico, os recomiendo la rápida I gotta your love –a esas alturas Miki Igarashi no podía negar que era una discípula putativa de Mr. Blackmore–, We still be hangin’ on, Fixer y Yoru no sei hanai.  Aquí tenéis a Kudoku no meiro y 2000 mairu no koi de Immigration  así como Still be hangin' on del Glamour, en directo.




Y viendo que mantener la conexión americana aportaba un plus de calidad y de éxito, EMI continuó con esa tradición y un año después lanzó Outerlimits, el disco con el que Show-Ya alcanzarían el megaestrellato en Japón y se darían a conocer en un reducido tour internacional que las llevó hasta Londres o Moscú. Mezclado en los Cherokee studios de Hollywood, Outerlimits llegaría al número tres de las listas de venta niponas y se convertiría en el más vendido del grupo. Por supuesto, entre mis recomendadas están su single Genkai lovers y Watashi wa arashi, pero también el tema título –que inicia el disco con energía y supone toda una declaración de intenciones, hard rock de verdad al nivel de unos Vow Wow–, la preciosa Cry for the freedom, así como la festiva y cañera Look at me, Trouble o Yasei no bara. En realidad, amiguitos, el álbum entero es una joya. En este caso –no siempre es así– su mayor éxito comercial fue también su mejor trabajo, al nivel de cualquier banda norteamericana. Y olvidaos de eso de que eran las Vixen niponas, en ese momento Show-Ya les pateaban el culo a Kuehnemund y compañía. Para que lo constatéis, os he preparado una selección de temazos. 






Las chicas vendían decenas de miles de discos, llenaban el Budokan hasta la bandera y eran conocidas allende las fronteras de su país. Sí amiguitos, el sueño de Terada y Nakamura se había hecho realidad en apenas cinco años. Así que para su siguiente obra tiraron la casa por la ventana y no se limitaron a mezclar el disco en los Estados Unidos, no, grabaron Hard way en Los Angeles, con Beau Hill –¿hace falta mencionar las bandas que producía este tipo?– y Paul Winger, el hermano de Kip. Se trata de un álbum continuista que seguía el mismo estilo de su predecesor y mantenía alto el nivel aunque levemente por debajo. De este disco destacan en mi opinión Metallic woman, Mashô, Naze y Gambling. De este último tema es el clip que acompaño, además de la grabación completa aparecida en VHS del Hard Way Tour



Con este álbum conseguirían alcanzar el número cuatro en la lista de ventas de Japón. Sin embargo, tras la consecuente gira de presentación que iba a dar como resultado el segundo álbum en directo de las Show-Ya, Keiko Terada, voz y miembro fundador de la banda, abandonaba la formación por –al menos oficialmente– problemas de garganta y cansancio generalizado. Todo indicaba que la historia del grupo había tocado a su fin. 

Sin embargo, la banda tenía numerosos compromisos y no tardó en convocar diversas audiciones para ocupar el puesto vacante de vocalista. La escogida fue Steffanie Borges, la cantante de la que os he hablado antes y gracias a la cual descubrí a Show-Ya. Con ella, actuaron en directo tanto en Japón como en el extranjero y se tomaron un descanso por tiempo indefinido mientras EMI aprovechaba para editar el grandes éxitos Complete Best: Back Fire en 1992, el año en el que visité Japón por primera vez. Claro que entonces no tenía ni idea de la existencia de este fantástico e interesante grupo. No sería hasta tres años más tarde cuando, con Steffanie al frente y cantado completamente en inglés por primera vez en un álbum de las chicas, lanzaron el esperado Touch the sun con el que se puede decir que cierro el círculo iniciado al principio de esta entrada. Respecto a sus canciones, para mi gusto se trata de un disco de amable escucha que pese a algunos buenos momentos adolece de falta de garra y en general es un ejercicio de rock melódico muy poco hard. Y es que dejando a un lado dos o tres temas como el prometedor comienzo con Echo thru the night, Little miss dangerous o Show-ya rock, el resto no aporta gran cosa, exceptuado la balada de Steffanie Don’t wanna talk about it y el tema final, otra canción aportada por la norteamericana que comienza acústica y tiene un estupendo final eléctrico. 




Finalizada la gira, Steffanie –ignoro si fue echada o se trató de un abandono voluntario– salió del grupo y Show-Ya contrataron a la vocalista Yoshino con la que sólo editaron un EP y que tuvo un paso fugaz por la banda, quedando esta definitivamente disuelta a finales de 1998. No sería hasta 2005 cuando, para conmemorar el 20º aniversario de su primer lanzamiento, se produciría la ansiada reunión de Keiko Terada y el resto del grupo, ofreciendo unos shows en el NHK Hall de Tokyo que se recogieron en el correspondiente DVD. Al parecer, la química seguía ahí, por lo que –con gran alegría para EMI, que relanzó la discografía de Show-Ya y vio como volvían a generar beneficios– continuaron dando conciertos hasta que en 2012 editaron con la formación clásica Genuine diamond del que me encantan temas como Bloody rose, Outsider o Iki ga dekinai hodo, una especie de Accept mezclado con Vixen. Esos dos, Survivor y el clip oficial para Shooting star 196X son los vídeos que os adjunto como muestra de un álbum que supuso un estupendo regreso de Keiko a su grupo. 





 Keiko en la actualidad

Sin dejar de realizar actuaciones en vivo, dos años más tarde sacaron al mercado Glamorous show, un álbum en el que grabaron versiones de bandas japonesas, desde Loudness a Luna Sea, pasando por X-Japan o Earthshaker. De estos últimos es precisamente la versión del clip que acompaño. 


Y la verdad es que el experimento les funcionó tan bien que este año han editado una segunda entrega. Claro que sus seguidores –entre los que ya me cuento–, lo que esperamos, es el lanzamiento del que tiene que ser la continuación de Genuine diamond, un álbum en el que parece ser están trabajando. En fin, amiguitos, eso es todo. Espero que esta entrada haya servido para despertar vuestro interés y daros a conocer a un grupo de gran calidad que, al menos en mi caso, no era demasiado conocido por estos pagos. Hasta ahora, claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario