Eve and the handyman
Piltrafillas, los habituales sabréis de mi respeto por Jesús Franco e incluso –si me sois leales desde hace más tiempo- por Andy Sidaris, dos de los realizadores que más han repetido visita en las reseñas cinematográficas de este blog. La razón es obvia y es que –además de otros valores, que los tienen- en sus películas podemos encontrar humor y tetas. Pues bien, de este realizador hace mucho más tiempo que no os cuento nada, pero –si os soy sincero- su lugar en mi corazón está por delante del de los mencionados. Me refiero al gran Russ Meyer. La cinta que hoy os traigo es Eve and the handyman, algo así como Eva y el manitas. Producida, escrita, dirigida, rodada y montada por Meyer para Eve Productions –esa Eve es la misma del título que además protagoniza la cinta, es decir su mujer-, estamos ante una de las comedias primerizas del cineasta californiano. De hecho, dejando al margen algunos cortos, Eve and the handyman es el segundo largometraje que exhibía en salas comerciales.
Protagonizada en sus principales papeles por Anthony-James Ryan como el manitas y Eve Meyer como la chica de la gabardina, la camarera, la autoestopista, la enfermera o la oficinista, esta comedia estúpida –y no lo digo peyorativamente- nos cuenta en poco más de una hora como una chica persigue –tomando notas- a un tipo que recorre San Francisco y alrededores en su desvencijada camioneta, trabajando como desatascador de lavabos, limpiador de cristales, técnico de lavadoras, jardinero o recogedor de chatarra. Mientras se irá cruzando con Eva, cuyo escote y piernas son el único aliciente de esta cinta de 1961. ¿La razón de todo ello?, solo se sabe al final y la verdad es que no sé aun si deciros que es el desenlace más bobo de la historia del cine o un inteligente final para esta película sin sentido, vehículo de lucimiento para la bella playmate Eve Meyer. Decididlo vosotros. Simpática y distraida, sin más.
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