Comienzo las reseñas del día con una de esas películas que alguien que era adolescente en los 80 no puede hacer otra cosa que esperar con ilusión, me refiero a Plan de escape, con Stallone y Schwarzenegger. Sí piltrafillas, Rambo y Terminator como protagonistas absolutos de una cinta carcelaria ¿puede haber algo mejor? Pues sí, la respuesta es que –casi- cualquier cosa es mejor que esta historia que al final ha resultado estar protagonizada por Batacazo y Decepción. Dirigida por Mikael Hafstrom, la historia de esta Plan de escape que tuvo inicialmente el premonitorio título de The tomb nos cuenta como Ray Breslin, un experto en fugas que trabaja escapándose de centros penitenciarios para evidenciar y solucionar las grietas en la seguridad de los mismos, acepta el encargo que la CIA hace a la firma de la que es socio para que ponga a prueba una de sus cárceles más duras en una ubicación secreta. Sin embargo, alguien se la juega a Breslin y suerte tendrá de recibir la ayuda del misterioso convicto Emil Rottmayer para salvar su vida.
Total, que Plan de escape tenía un punto de partida interesante, muy ochentero. Además, la presencia de secundarios de lujo como Jim Caviezel, Vincent d’Onofrio o Sam Neill aportaban un extra a la cinta... pero el resultado no ha sido el que esperaba. Desde el principio se sospecha quién es el malo de la pelicula, es lenta, con acción justita –Sly y Arnie tienen ya sus años, pero tampoco es cuestión de convertir un centro de alta seguridad en un geriátrico- y necesita de 55 minutos para dar el golpe de efecto, la sorpresa -la única que me dio la cinta-, porque cuando nuestras sospechas sobre la identidad del traidor que mueve los hilos se ven refrendadas, también imaginamos en seguida cual es el paradero del programador robinhoodiano que buscan los inversores que pagan el sueldo del malvado alcaide Hobbes. El guión, además de simple, es inverosímil, ni los prisioneros parecen reclusos peligrosos de lo buena gente que son. En resumen amiguitos, que Plan de escape resulta tan entretenida como The fortress, aquella infumable película con Christopher Lambert de protagonista, o sea, una bazofia de bajo presupuesto disfrazada de futurismo, rodada en un espacio claustrofóbico. ¿Se puede ver?, sí, pero no hacía falta contratar y ensuciar la reputación de dos iconos del cine de acción de los 80 y 90 para estrenar esta memez que podía haber ido directa al mercado del DVD. Aún siendo lo infames que son, prefiero mil veces las entregas de The expendables que este fallido intento de reunión de estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario