domingo, 29 de diciembre de 2013

Lo specchio del piacere


Piltrafillas, pasada la Nochebuena, la Navidad y –en Catalunya- San Esteban, o sea, el pan con tomate, los ibéricos, los langostinos, los galets amb carn d’olla, la carne con salsa, los canalones, los barquillos, los mazapanes, turrones varios, los putos Ferrero Rocher, las pipas, los cacahuetes, las mandarinas, los cafés y los cortados, las copas de cava, de vino blanco, de vino negro, los cubatas, gintonics, vodkas y licores –todo en un par de días, y seguro que me dejo algo- no podía comenzar mis reseñas cinematográficas de otra forma que con una coproduccion franco-española de la mano de Jesús Franco. Sí amiguitos, hacía tiempo ya que el Tío Jess no se pasaba por aquí ¿verdad?, pues hoy toca hablar de otra de sus imperecederas obras: Le miroir obscène. Escrita y dirigida por el mismo realizador y protagonizada por Emma Cohen, los habituales Howard Vernon o Alice Arno así como la imprescindible Lina Romay –en la versión softcore francesa, en el papel de la hermana de la protagonista-, lo que la cinta nos cuenta es la historia de Annette –cantante y pianista en un night club- y un espejo embrujado. Tiempo atrás, la madre de la joven había fallecido al dar a luz a su hermana Marie y el padre de ambas había focalizado su amor en la pequeña provocando que Annette –enferma de celos- odiase durante años a su hermana pequeña. Sin embargo, con el tiempo se reconcilian y recuperan una relación fraternal que nunca debía haberse visto interrumpida. Un día llega a casa del profesor Whitman un joven noruego estudiante de arqueología que quiere escribir una tesis sobre los antiguos moradores de Madeira y meses más tarde, él y Annette se enamoran y programan su matrimonio. 


Y aquí, piltrafillas, entra en juego la doble versión –tres en este caso- que en aquellos años se acostumbraba a rodar de este tipo de cintas. En la española Al otro lado del espejo, el profesor se suicida la noche antes de la boda y se aparece a partir de entonces por los espejos provocando que Annette –que, por supuesto, anula la ceremonia- quite la vida de los hombres que la seducen. Se trata de un argumento que nos habla de un amor que tiende a incestuoso entre el profesor y su hija. Sin embargo, en la versión francesa, Le miroir obscène, que co-protagoniza Lina Romay como Marie –la hermana de Annette-, es esta la que se suicida y quien se aparece a través del espejo cambiando el trasfondo de la historia por un amor lésbico incestuoso entre hermanas. Esta versión contiene diversas escenas softcore protagonizadas por Lina y algunos desnudos de la Cohen, pero aún existe una tercera versión italiana titulada Lo specchio del piacere –la que he visto yo y que podéis encontrar aquí- que se basa en la copia francesa, con añadidos pornográficos de dudosa calidad –primeros planos de sexo- que escaparon al control del realizador madrileño. En resumen, olvidáos de estas escenas que no aportan nada y disfrutad de esta obra de terror psicológico que es uno de esos títulos quizás poco conocidos de la obra de Franco pero muy reivindicables, gracias –en gran parte- a la turbadora presencia de la preciosa Emma Cohen, perfecta para ese tipo de personajes. 


Como bonus, os adjunto un retrato de la simpática Alice Arno –de nombre real Marie France Briquet- que trabajó en una docena de films de horror erótico con Jesús Franco y se convirtió en un nombre de referencia de la sexploitation europea. Su papel en esta cinta no tiene apenas relevancia, pero me apetecía hablaros de ella.

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