La segunda reseña del domingo es para La rose écorchée, cinta francesa coescrita y dirigida por Claude Mulot protagonizada por el inquietante Howard Vernon, habitual en películas de nuestro Jesús Franco y toda una estrella del eurotrash de los 70. El argumento cuenta como el pintor Frederic Lansac y su amigo Wilfried son dueños de un centro botánico de salud y una galería de arte. Tras un viaje por la India, una amiga de Wilfried llamada Moira le pide a este que le presente a Lansac con el propósito de convertirse en su amante. Una noche, esta invita a Frederic a una fiesta de disfraces en su casa pero el artista se encuentra con una joven llamada Anne y la invita a cenar, olvidándose por completo de Moira. Lansac acaba casándose con la bella Anne, trasladándose a vivir a la mansión familiar. Es entonces cuando, al dar una cena para celebrar su reciente matrimonio, una celosa Moira se presenta en la casa y provoca un accidente en el que Anne cae en una hoguera quedando al borde de la muerte y totalmente desfigurada. Frederic, atormentado e incapaz de pintar, se recluye en la mansión junto a su esposa... y un par de enanos medio retrasados llamados Igor y Olaf. Sin embargo, debido a que Wilfried tiene que realizar un viaje, Lansac tendrá que abandonar la seguridad de su encierro y ocuparse por un tiempo del centro de salud.
o_O no se como aún le quedan neuronas libres de chapapote …
ResponderEliminar¿Qué dice?, ¡si esto oxigena el alma!
ResponderEliminarNo se esfuerce... le entiendo... hale un té y pa la piltra...
ResponderEliminarea!
ea!
ea!
a!