Piltrafillas, después de la entretenida primera entrega y de la –hasta cierto punto- decepcionante segunda parte de la saga, estaba cantado que tenía que hablaros tarde o temprano de su tercer episodio protagonizado nuevamente por Robert Downey Jr, Iron Man 3. En esta ocasión, el argumento nos cuenta como un villano al que conocemos como El Mandarín está realizando atentados por todo el país gracias a tecnología de los científicos de A.I.M. –o I.M.A. para los que crecimos en países de habla hispana-, poniendo en jaque al gobierno y al propio Iron Man, que es atacado en su propio hogar. La mansión de Stark así como el laboratorio son destruidos y su vida y la de Pepper Potts son puestas en serio peligro por lo que el científico deberá emprender un camino lleno de obstáculos para encontrar a los malos y desbaratar sus planes. Sin embargo, la tarea va a ser complicada de llevar a cabo porque su traje está destrozado. Así que Stark deberá sobreponerse a sus miedos y –ayudado por un crío llamado Harley- ponerse a trabajar para convertirse definitivamente en Iron Man, su alter ego, con independencia de la armadura que le protege.
Por cierto, que si todos sabemos lo que son las chicas Bond o las chicas Almodóvar, aquí tenemos a Rebecca Hall, un nuevo ejemplo de lo que es una chica Stark.
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