Acabo por hoy con la californiana Sheila Tajima, pintora natural de San Francisco que pasó parte de la infancia en Japón, y más tarde trabajó como policía en su ciudad natal hasta que hace unos años se retiró como sargento. Habiendo desempeñado labores de artista forense, tras la jubilación decidió aplicar sus conocimientos en la creación de óleos llenos de color.
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