domingo, 26 de febrero de 2012

Entrails of a beautiful woman


Como ya os he dicho antes, la segunda película que he visto es Entrails of a beautiful woman, dirigida también por Kazuo Komizu el mismo año que la anterior –las hacía como churros el tipo- y etiquetada como Guts of a virgin 2 aún sin tener nada que ver desde el punto de vista argumental con la primera o la tercera de la serie. En esta ocasión, la historia que el realizador nipón nos cuenta es la de una joven secuestrada, violada y drogada por una banda yakuza. El poderoso estupefaciente que utilizan para doblegar su voluntad se llama Lluvia de ángel y convierte a quien se lo inyecta en una persona sedienta de sexo. Pero entonces, una doctora a la que pide ayuda y que también está en contacto con el clan yakuza, pretende castigarles por lo que han hecho con la inocente Yoshimi y su hermana, a la que enviaron a África como mercancía sexual. Evidentemente, los criminales la descubrirán y la violarán para luego inyectarle una buena dosis de Lluvia de ángel. Sin embargo, la droga tendrá en ella un inesperado efecto secundario y la convertirá en un monstruo hermafrodita tan hambriento de sexo como de venganza.


Piltrafillas, mucho más extrema y desagradable que la que os he comentado antes –tanto en su aspecto gore como en las bizarras escenas eróticas-, debo admitir que esta Entrails of a beautiful woman me ha gustado mucho más que la primera de la trilogía. Es decir, que ya que vemos algo pasado de vueltas, que lo sea de verdad con luz y taquígrafos. Y aquí taquígrafos no se si hay, pero imágenes impactantes bien iluminadas –tanto en las violaciones como en las escenas sangrientas- las hay un montón, aunque siempre sin que se vea ningún primer plano de ambos sexos. En resumen, otra muestra de sexo enfermizo –la felación de esa mezcla de pene sanguinoliento y bebé alien con dientes es especialmente indicativa de la clase de fantasías eróticas que tienen los japoneses- e imágenes gore para este fin de semana que he decidido dedicar al cine slasher pinku nipón y al erotismo bastante poco mainstream que lo caracteriza. Para piltrafillas frikis como yo.

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