Y hoy también tengo ganas de comenzar el día felicitando en su quincuagésimo tercer cumpleaños a Linda Blair, una mujer natural de Saint Louis que a los catorce años se convirtió en estrella a nivel internacional tras protagonizar El exorcista, película de William Friedkin en la que daba vida a Regan MacNeil, aquella cría -¿recordáis?- que sufría espasmos, vomitaba y giraba su cabeza 360 grados poseída por el diablo.
Sin embargo piltrafillas, prefiero recordarla con otra pinta, la que lució en los 80 en las páginas de diversas publicaciones eróticas o en infumables subproductos cinematográficos de esos que tanto nos gustan y distraen. ¡Hala Linda! a soplar velas y lo dicho, un beso.
Yo la recuerdo como que no era nada del otro mundo sus tetas.
ResponderEliminarNo me iba mucho la verdad.
Aunque he de reconocer que prefiero recordar así...
Pues de eso va, que no era una porn star está claro, pero que entre esa pinta poligonera del Bronx con las tetas al aire y la de la niña con voz de cazalla me quedo con la primera.
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