Piltrafillas, hace tiempo que no os recomiendo una película musical y hoy lo voy a remediar. Como dice un fan al principio de ella, si estallase una bomba nuclear en el planeta, los únicos supervivientes serían las cucarachas... y Lemmy. De eso va Lemmy, la cinta de Greg Olliver, de un superviviente, la leyenda viva del rock Ian Lemmy Kilmister, un hombre que fue roadie de Jimi Hendrix, adorador de Little Richard y Elvis, confeso consumidor de speed y que contó una vez que “aún recordaba cuando no existía el rock’n roll”. Lemmy son casi dos horas de entrevistas a Lemmy, preguntas de fans, declaraciones de una buena cantidad de músicos que se declaran deudores de su legado, conversaciones con amigos como el actor Billy Bob Thornton o con otros músicos como Dave Grohl, imágenes del zapatero que le hace las botas, extractos de actuaciones en vivo, de participaciones en programas de televisión como la serie Californication, de Lemmy comprando cd’s de los Beatles, jugando a las tragaperras en Las Vegas, conversando con su hijo o mostrándonos su impresionante colección de dagas militares, bebiendo Jack Daniel’s con Coca-cola, fumando un Marlboro tras otro –no importa que tenga diabetes, la presión alta y evidentes problemas de capacidad pulmonar-, o montando en un tanque checo.
Lemmy es también un buen puñado de fotos inéditas, la historia de este tipo desde el paso por la escuela, sus inicios en la música a mediados de los 60 con los Rockin’ Vickers, su paso por los Hawkwind en los 70 y su vida como líder de Motörhead hasta hoy, aún de gira y grabando álbumes... todo ello envuelto en una banda sonora impresionante. Cinematográficamente hablando esta película documental tiene un valor discreto. La fotografía, el guión, el montaje... aquí nada de eso tiene relevancia. Sin embargo amiguitos, como documento para hard rockers, fans de Motörhead o amantes de la música del siglo XX en general no tiene desperdicio. En resumen, Lemmy es una película que no debe perderse ningún rockero que se precie de ello pero que supongo que no interesará al resto de la población, un retrato próximo del responsable de parte de la banda sonora vital de muchos de nosotros, nada más y nada menos que la historia de un hombre sencillo que sólo quiere disfrutar tocando música, vive en un apartamento de bajo alquiler en Los Angeles cuando no está de gira, disfruta pasando horas en su bar favorito jugando a las tragaperras mientras toma algo de speed, fuma, bebe whiskeys con cola y que declara que el secreto de la longevidad es... no morirse. Genial.
Gracias caballero... hoy me ha hecho Vd. otro día perfecto...
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La vi en su día y sí, y a mí también me sorprendió la capacidad de superviviencia de este tipo que desayuna JD con galletas. ¡Qué hígado por Dios! Y un estómago de bronce.
ResponderEliminarRecuerdo también otro documental anterior muy bueno sobre él
Salus.
A mí Motor me la suda bastante, pero este documental me gustó mucho...
ResponderEliminarPues es una puta casualidad, pero lo están dando ahora por La2.
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