Urdangarín

Piltrafillas, como supongo que sabéis todos, este tipo no es otro que Iñaki Urdangarín, un antiguo deportista que jugó en la sección de balonmano del Barça durante la friolera de catorce temporadas y fue miembro de la selección española con la que participó en numerosas competiciones que incluyen tres Juegos Olímpicos. Sin embargo, a nivel mayoritario hace unos años que adquirió notoriedad por convertirse en Duque de Palma consorte al contraer matrimonio con la Infanta Cristina de Borbón, precisamente en mi Barcelona natal. En la actualidad este hombre ha saltado a las primeras páginas de los periódicos por motivos, digámoslo así, menos festivos. Resulta que en la investigación del Caso Palma Arena relacionada con las acusaciones de cohecho, apropiación indebida, malversación de fondos públicos y prevaricación contra el dos veces presidente de las Baleares y político del Partido Popular Jaime Matas aparece envuelto en una trama, como mínimo oscura y bastante sospechosa, el Instituto Nóos, una entidad de la que Urdangarín fue primero administrador y luego presidente, que consiguió del gobierno balear presidido por Matas más de dos millones de euros por firmar unos convenios para organizar eventos relacionados con el deporte. Posteriormente Nóos recibió más de un millón del gobierno valenciano –también del PP, qué casualidad- por un convenio similar. Sin embargo, la mayor parte de ese dinero no se gastó en la organización de los eventos contratados, sino en una entidad que debía dinamizar la industria turística a través del deporte, una entidad de la que hay indicios más que fundados que desvió cientos de miles de euros a Luxemburgo y otros países así como a la inmobiliaria Aizoon –de la que son propietarios el duque consorte y su esposa, la Infanta Cristina-, la cual desde su fundación en 2003 –año en el que Urdangarín entró como administrador en Nóos y Jaime Matas accedió nuevamente a la presidencia de Baleares, más casualidades- lleva ganado casi un millón de euros de beneficio, y eso que la crisis de estos años ha hecho mella en las empresas del ladrillo. Las preguntas que me hago son varias. Por una parte opino que la fiscalía no hubiese llegado a este punto y no hubiese filtrado tanta información si no estuviese más que clara la implicación de Urdangarín en toda esta –una más- vergüenza. Y por otro lado, si a Marichalar le dieron puerta tras divorciarse por –según afirmó su esposa- consumir cocaína esporádicamente, ¿qué no harán ahora con el yernísimo después de involucrar a la Corona con los delitos antes expuestos? ¿Será todo esto un plan orquestado por Letizia Ortiz –la princesa roja- para acabar con la Monarquía y –de paso- joder un poco a sus cuñadas? Amiguitos, yo sólo espero que los cabrones –este y los empresarios, banqueros y políticos que se han enriquecido a costa del resto de mortales- paguen por sus actos. Lo que pasa es que tengo muy poca confianza en que ocurra realmente.