Y ahora, después de la muestra de giallo hispano me voy a los orígenes y os presento a un giallo de Fernando Di Leo, un realizador quizás no tan reconocido como otros maestros del género pero igual de interesante. Se trata de La bestia mata a sangre fría, la historia de una residencia psiquiátrica en la que jóvenes de alta sociedad se encuentran al cuidado del profesor Oesterman para curarse de trastornos tales como ninfomanía, agorafobia, manías suicidas o tendencias homicidas. En la residencia las chicas juegan al cricket, al ajedrez y ven pasar las horas confinadas al amparo del mundo exterior. Una noche, alguien asesina a una enferma y poco después a otra. A la tercera, el profesor decide llamar a la policía. Estos deciden poner a Cheryl –una paciente enamorada del doctor Clay- como cebo para capturar al asesino.
Piltrafillas, no puedo hacer otra cosa que recomendaros la visión de esta película aunque opine –sabéis que no me gusta engañaros- que no se trata de un obra remarcable en exceso. Lo que pasa es que a mi me gusta el buen cine clásico, ver interpretaciones en versión original para apreciar el trabajo de los actores, etcétera... pero al igual que hay gente a la que le gusta evadirse mirando comedias estúpidas, lacrimógenos dramas o cintas de acción trepidante, en mi caso, cuando se trata de cine de evasión, lo que me llama la atención sobre todos los géneros es la sangre y el erotismo, sexo y muerte, en definitiva, algo tan freudiano como eros y thanatos. Y un giallo como La bestia mata a sangre fría me proporciona la diversión deseada. Tenemos crímenes horrendos cometidos con dagas medievales, hachas o ballestas, la presencia siempre inquietante de Klaus Kinski –esos ojos- en el papel de doctor Clay y los cuerpos desnudos de bellas mujeres como Rosalba Neri, Jane Garret o Margaret Lee en escenas subidas de tono que en la versión uncut incluyen primeros planos de autosatisfacción y la relación lésbica que una enfermera mantiene –excediéndose claramente en sus cuidados- con una paciente poco antes de que esta última fallezca también. En resumen, una cinta palomitera para frikis como este que os escribe.
Nota al margen. Siendo barcelonés y autor de un blog dedicado al arte no podía dejar pasar la oportunidad de hacer constar que en el despacho del profesor Oesterman preside la estancia una reproducción de People and dog in sun del incomparable Joan Miró.
Otra peli con pinta de chunga que no veré, pero que no desentona en su colección de pelis casposas de su fantástico blog.
ResponderEliminarVaya, ha pasado usted de comentar de uvas a peras a explayarse hoy como tocagüebos.
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