Amiguitos, me dispongo a iniciar mis entradas cinematográficas de este domingo con una cinta perpetrada por el bueno de Fred Olen Ray –ya ha aparecido por estos lares en dos ocasiones-, lo que a los avezados piltrafillas que gusten del cine más bizarro y casposo dará una idea de qué tipo de obra voy a hablar. Se trata de la inclasificable Evil Toons, una película que comienza con David Carradine ahorcándose –no quisiera ser malicioso, pero no he podido dejar de pensar la manera en la que este hombre falleció recientemente- después de hablar con un libro en cuya portada hay una cara parlante con pinta maléfica. Ese es punto de partida de una historia que tras los títulos de crédito nos hará conocer a cuatro jóvenes –pésimas actrices debo advertiros, aunque tienen bonitos traseros- que llegan a la mansión en la que tiempo atrás se suicidó el mencionado Carradine, con la voluntad de sacarse un dinero limpiando la casa para la inmobiliaria durante el fin de semana. Evidentemente se trata de una cinta cargada de tópicos. A saber. Tres de las chicas –además una inconsciente falta de respeto por los temas satánicos- se caracterizan por vestir pantaloncitos cortos y ajustados, camisetas escotadas de tirantes y disfrutar de un coeficiente intelectual más bien bajo, mientras que la cuarta lleva gafas, el pelo recogido en una trenza, es tímida y viste camisa y pantalón largo. A ver amiguitos, ¿quién es la empollona del grupo, la que tiene mejores tetas y la que se convertirá en heroína de la historia? Pues eso. Y si le sumamos que lo primero que hacen a la hora de cenar es poner música mientras una de ellas –en una escena entre lésbica e inverosímil- se quita la camiseta y baila en el comedor para sus amigas como si de una bailarina barata de striptease se tratara, bueno... el tono general de Evil Toons queda claro como el agua.
Luego aparece David Carradine en la puerta de la mansión –con capa y sombrero, como el caballero de la canción- y les hace entrega del libro maléfico y entonces somos conscientes de que las cartas están sobre la mesa. En ese aspecto, se agradece que Evil Toons no intente engañarnos ya que desde el principio se nos muestra como lo que es, una excusa de lo más friki para mostrarnos a chicas semidesnudas asustadas por algún tipo de maldición satánica que va a convertir en un infierno ese fin de semana. Pero falta algo ¿no amiguitos?, y es la razón por la que la película se titula Dibujos Malvados: el libro –que las inconscientes jóvenes leen- contiene un conjuro y varias ilustraciones de seres malignos a los que, sin saberlo, están a punto de despertar. Sí piltrafillas, ni Space Jam, ni ¿Quién engañó a Roger Rabbit? ni Mary Poppins... la película definitiva, la más molona de las que mezclan animación y actores de carne y hueso –apenas unos segundos en toda la cinta, no os engañaré- es Evil Toons, en la que el argumento es basura... pero las protagonistas enseñan más carne que las de las mencionadas cintas. En definitiva, recomendada sin asomo de duda, aunque para no tomársela en serio. Yo me he divertido, lo que tampoco es garantía de nada.
Me quedo con la 5, me mola ewl bicho pululando por encima de la menda...
ResponderEliminarPululando, pululando, lo que se dice pulular... no es lo que yo veo ahí.
ResponderEliminarEs por si leen críos y eso...
ResponderEliminar¿Críos, en este blog? ¿Y les va a venir ahora de leer según qué palabras?, ¡amos ya!
ResponderEliminarHombre eg que yo!
ResponderEliminarEn fin!
Joer!
No sé!
Ma'pillado!