Y ahora os quiero presentar a un coche al que he podido ver en un montón de listas recogiendo los coches más feos de la historia, y siempre en los primeros lugares de tan selecto ranking. Me refiero al AMC Pacer y –sinceramente- no creo que se le haga justicia tratándole de esa manera. Creo que en el caso de su hermano, el infame AMC Gremlin, sí son justificadas las críticas, pero encontrarlo por detrás del Pacer en las clasificaciones antes mencionadas es del todo injusto. El Pacer llegó de la mano de Richard A. Teague en respuesta a la demanda de vehículos más pequeños que durante los 70 vivieron los Estados Unidos. Una de las características remarcables de este coche producido durante la segunda mitad de dicha década es que tuvo como principal objetivo que los ocupantes se sintiesen cómodos y con la sensación de estar en un coche largo –era muy amplio por dentro-, aunque en realidad se trataba de un pequeño compacto de dos puertas. Además, el Pacer fue innovador en su tiempo con detalles para entonces futuristas, como un habitáculo en forma de bulbo con grandes superfícies acristaladas o una puerta para el pasajero más larga que la del conductor con objeto de facilitar el acceso a las plazas posteriores. En fin amiguitos, que creo que es justo recordar este automóvil desde un punto de vista más que positivo.
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