domingo, 13 de marzo de 2011

Encarnación del demonio (2008)







Amiguitos, la primera película de la que os voy a hablar hoy –y que no os debéis perder si sois unos verdaderos frikis dignos de pertenecer a esta comunidad- es Encarnación del demonio. Durante los años 60, el cine brasileño conoció el nacimiento del personaje de Josefel Zanatas –también conocido como Zé do Caixâo, algo así como Pepe el de la Caja-, un empresario de pompas fúnebres que vestía chistera y capa negra, con unas uñas largas tan características –su creador e intérprete, el realizador José Mojica Marins, una especia de Jesús Franco brasileño, llegó a llevarlas durante veinticinco años y cuando se las cortó a finales de los 90 el hecho se convirtió en un evento nacional- que se dice que los creadores de Freddy Krueger se inspiraron en ellas para idear el guante de cuchillas de este. El tal Josefel se dedicaba a buscar a la mujer ideal que diese continuidad a su sangre y a asesinar a diestro y siniestro, siendo remarcable el hecho de que en sus películas habían tantos gusanos, serpientes y arácnidos que en los castings que Mojica hacía primaba la superación del asco a estas alimañas sobre la capacidad de actuar. En 2008, el realizador –un exponente de cine friki de Brasil convertido en director de culto- llevó de nuevo a la pantalla grande a su mítico personaje situando la acción cuarenta años después de que Zé do Caixâo fuese encarcelado.



En esta ocasión, esta Encarnación del demonio nos cuenta como Josefel Zanatas es excarcelado tras cuarenta años en prisión gracias a los informes del doctor Sampaio y el trabajo de Lucy Pontes, su abogada defensora. Al salir, el viejo asesino solo tiene una obsesión, la que le ha guiado toda la vida y que no es otra que encontrar a la madre perfecta para su descendencia con objeto de perpetuar su linaje. Junto a su sirviente Bruno, un fiel mayordomo deficiente, recorre las calles hasta llegar a una favela en la que se establece ocupando un oscuro y polvoriento sótano con restos humanos junto al criado y unos acólitos frikis. Pero la vida de Josefel no va a ser todo lo tranquila que este hubiese querido y –con la ayuda de flashbacks con escenas de sus viejas películas en blanco y negro- veremos como el degenerado deberá defenderse de sus vecinos –quienes ven en él una influencia diabólica-, las horribles visiones en las que se aparecen sus antiguas víctimas y de un coronel de la policía que ha jurado acabar con él desde que el enterrador de las uñas largas hiriese a su capitán, un policía corrupto y asesino. Para redondearlo conoceremos también a un sacerdote loco que se aplica electrodos en los pezones –las películas de Mojica Marins son habitualmente críticas con el catolicismo extremo- y a la guapa Maira, una joven de la favela, sobrina de un par de brujas ciegas que se siente cada vez más atraida por su vecino de la capa y la chistera. Total piltrafillas, Encarnación del demonio es una buenísima película de terror gore casposo realizada con pocos medios pero con una calidad final encomiable, muy atractiva visualmente y en las que disfrutamos de todo tipo de torturas realizadas por y sus discípulos, canibalismo, misticimo, actos sexuales bajo una lluvia de sangre, mutilaciones, cucarachas y los cuerpos desnudos de bellas jóvenes brasileñas. No se puede pedir nada mejor para inaugurar este espacio cinematográfico de hoy.

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