domingo, 30 de enero de 2011

Down Terrace









Y la última recomendación de esta breve sesión doble poco habitual –tanto por la reducida muestra de películas como por la ausencia de productos bizarros-es una cinta tipicamente inglesa en lo que respecta a la interpretación de los personajes y la ambientación de la trama, aunque abordada de manera muy original. Se trata de Down Terrace, la historia de una familia con oscuros negocios. Recién salidos de la cárcel tras ser absueltos después de cuatro meses detenidos, Bill y su hijo Karl regresan a casa dispuestos a no dejarse ver demasiado por la ciudad durante un tiempo. Así, de esta manera, se nos muestra la cotidianeidad del patriarca, antiguo experimentador con las drogas, estudioso de la cultura tibetana, el autocontrol y esas mandangas, un nostálgico que abruma a su hijo con discursitos moralizantes de filosofía sixties. Luego está Karl, el hijo, un tipo aparentemente normal pero con tendencia a la histeria a la mínima ocasión, un treintañero que respeta y detesta a su padre por igual. También está Maggie, la madre, el pegamento que une a la familia, el cojín que amortigua los choques de carácter, la mujer encerrada en un hogar de clase media baja –aunque sin un pelo de tonta- que defiende y oculta al exterior lo que ocurre tras sus paredes. Por último tenemos a Garvey –el pobre lerdo con sobrepeso- y a Eric, dos peones de la organización a la que pertenecen todos. Sin embargo, no todo va bien. Al parecer existe un topo entre ellos y cuando aparece la novia de Karl –a la que hace seis meses que no ve- y está embarazada, Bill, paranoico y celoso de la seguridad de la familia, no oculta su malestar.




Amiguitos, la crítica ha dicho de Down Terrace que se trata de una mezcla entre Ken Loach y los hermanos Coen. La verdad es que pese a ser un voraz consumidor de cine no me considero un entendido por lo que no os puedo decir si estoy o no de acuerdo con esa afirmación aunque es cierto que un aroma a Coen sí que advierto. Sin embargo os diré que me ha parecido una cinta muy original, con un guión extraordinario y unas interpretaciones magistrales que nos hacen creer que no estamos viendo una película sino la vida de una familia normal, ordinaria y corriente. Por supuesto no es una película de gángters al uso, ya que está ambientada en el mundo del hampa de una ciudad costera británica pero no hay casi violencia, y cuando esta estalla en realidad no guarda relación estricta con el crimen. Se trata del retrato humano de unas gentes al margen de su trabajo –algo que se refleja en muchas películas-, aunque lo que ocurre esta vez es que el trabajo de la familia es delinquir. Definitivamente tampoco es –como la de la entrada anterior- una cinta de las que os acostumbro a hablar, pero está llena de escenas geniales, como la de Bill y su abogado sentados en la salita de casa tocando blues con sendas guitarras acústicas o cuando un tarado ex combatiente en Bosnia se ofrece a la familia como asesino y Bill le pregunta si ya está en internet. Sorprendente, interesante, inteligente y recomendable.

5 comentarios:

  1. Apuntadas quedan.

    La que no me gustó mucho fue la de Black Swan.
    Yo imaginaba algo más genérico, pero está muy centrada en el ballet... no se yo si debajo de esa careta metalera habrá una frágil damisela amante del ballet! jajaja

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  2. Ya le aseguro yo que no, pero a veces hay películas que uno aborda con recelo precisamente por eso, por la temática -sí, está muy centrada en el ballet- y luego le sorprenden agradablemente. Digamos que tengo cierta sensibilidad ecléctica.

    Aún así, no llego al punto "damisela" en que me puedan gustar cosas como Foxy Shazam ja ja ja ja.

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  3. Es que yo soy muy damisela, qué te crees?
    Aunque más señora que se sabe importante, como Rob Halford! jeje

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  4. Metal God, el bueno de Rob, la señorona del metal.

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  5. ...Mezcla de Ken Loach y los hermanos Coen...

    -¡La virgen!

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