domingo, 7 de noviembre de 2010

Penance





La segunda cinta de este fin de semana marcado por la visita de Benedicto XVI a mi ciudad va a ser PenancePenitencia, un concepto muy cristiano-, una película de terror que según el cartel promocional está inspirada en hechos reales lo que en realidad es como no decir nada ya que yo puedo ver en las noticias que el Papa llega a Barcelona y ocurrírseme una historia de vampiros y asesinatos rituales en un orfanato de Calcuta. Total, que lo que nos cuenta Penance es la historia de Amelie, una madre soltera de veinticuatro años con una precaria situación laboral e hijita enferma. Suzie, una amiga suya, la convence para trabajar esporádicamente como stripper y así sacarse un sobresueldo. Un día en el que agreden a Suzie y esta no puede atender una cita profesional, Amelie acepta substituirla y lo que la hará dar con sus huesos en una antigua penitenciaria psiquiátrica en la que un tipo vestido de militar ayudado por un asesino y unas asistentas con pinta de camionero pretende purificar los pensamientos y los cuerpos de varias mujeres descarriadas.




Rodada con videocámara casera al hombro, ya sea haciendo una grabación para encontrar trabajo, un diario en imágenes para su hija, documentando la primera vez que hace de stripper o en su primer trabajo substituyendo a Suzie, con Amelie siempre están su amigo Will y su cámara, o sus captores con la suya... o ella misma con otra en la mano, el caso es darle a todo el rodaje un aspecto de vídeo precario y amateur. La idea era buena, si parece que no vemos una película sino una grabación casera, las torturas, las vejaciones, la violencia nos parecerá más real. Sin embargo la interpretación es demasiado afectada y poco creíble por lo que en mi opinión la propuesta sustrae valor al producto final otorgándo a Penance una apariencia de película híperbarata, rodada sin medios –ni técnicos ni económicos- que sin el artificio de los efectos de sonido y fotografía habituales y de la postproducción digital sólo consigue quedarse a medio camino entre una producción de serie Z y lo que podía haber sido una prometedora cinta de gore impactante, aterradora, repulsiva y brutal. Y es que la primera vez quizás engaña, pero cuando a estas alturas llevamos ya unos años con peliculillas hechas con supuestas grabaciones encontradas después de cruentos sucesos, lo cierto amiguitos es que ya no cuela. ¿Que si os la recomiendo?, bueno, es mínimamente distraída, tiene sangre –una escena en particular que me hizo sentir escalofríos-, un poco de torturas, salen algunas tetas... y aunque es poco verosímil siempre será mejor que cualquier cinta de esas que Antena 3 programa para la hora de la siesta.

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