Por último os quiero hablar de Rampage, del controvertido, detestado y vilipendiado Uwe Boll. La película nos cuenta la historia de Bill, un zumbado paranoico y resentido de 23 años, hijo de un matrimonio de clase media-alta que un día le plantea que se busque un trabajo, se vaya de casa y forme su propio hogar. Amiguitos, lo cierto es que me hace gracia la situación y pienso que si en nuestro país se generalizasen este tipo de ultimátums, las calles estarían llenas de jóvenes vagos sin oficio ni beneficio intentando estar de fiesta todo el día. Pero prosigamos con lo que nos ocupa y es que el tal Bill no digiere ni la actitud de sus padres ni el rumbo que la sociedad –desde su punto de vista- está tomando. Así que el gilipollas se decide por volcar todas sus frustraciones contra sus conciudadanos –desde desconocidos vecinos hasta el camarero que, en su opinión, no le sirvió un macchiato decente- y construirse una armadura de kevlar para fuertemente armado sembrar el caos y la destrucción en su pueblo.
Piltrafillas, Rampage es una cinta violenta pero –por desgracia- de ningún modo inverosímil. En la historia reciente hemos tenido ya diversas muestras de que enfermos mentales que escogen ese camino los hay a patadas, sobre todo en los Estados Unidos –en donde parece obscenamente sencillo hacerse con materiales explosivos y armas- pero también en la vieja Europa, en donde por suerte aún no son tan habituales las acciones de esa naturaleza. Rampage no es nada del otro mundo, pero tampoco es una bazofia. Quiero decir, que estoy acostumbrado a ver cosas mucho más infumables amiguitos e incluso a recomendaros su visionado. Y aunque es cierto que la escena de la matanza dura demasiado y tampoco es que la historia profundice en las causas del origen del comportamiento de Bill –el tema del trato de sus padres es anecdótico y tampoco tan grave como para provocar este efecto-, la verdad es que pone de manifiesto una realidad –aumento de población, ausencia de valores en gran parte de la sociedad, destrucción de recursos naturales...- y algo que da miedo pero que no podemos obviar y es que hay gente perfectamente capaz de creerse las ideas de alguien como Bill y con capacidad de ejecutarlas. En fin, que Rampage es algo cruda, con apariencia de quererse acercar a la estética de un docu-reality y es en mi opinión bastante recomendable para una de esas tardes de sofá con palomitas de microondas, lo que para las obras a las que nos tiene acostumbrados Boll –veneno para la taquilla que ya ha conseguido en su carrera varios Razzie y el desprecio de buena parte del público- es todo un cumplido.
Piltrafillas, Rampage es una cinta violenta pero –por desgracia- de ningún modo inverosímil. En la historia reciente hemos tenido ya diversas muestras de que enfermos mentales que escogen ese camino los hay a patadas, sobre todo en los Estados Unidos –en donde parece obscenamente sencillo hacerse con materiales explosivos y armas- pero también en la vieja Europa, en donde por suerte aún no son tan habituales las acciones de esa naturaleza. Rampage no es nada del otro mundo, pero tampoco es una bazofia. Quiero decir, que estoy acostumbrado a ver cosas mucho más infumables amiguitos e incluso a recomendaros su visionado. Y aunque es cierto que la escena de la matanza dura demasiado y tampoco es que la historia profundice en las causas del origen del comportamiento de Bill –el tema del trato de sus padres es anecdótico y tampoco tan grave como para provocar este efecto-, la verdad es que pone de manifiesto una realidad –aumento de población, ausencia de valores en gran parte de la sociedad, destrucción de recursos naturales...- y algo que da miedo pero que no podemos obviar y es que hay gente perfectamente capaz de creerse las ideas de alguien como Bill y con capacidad de ejecutarlas. En fin, que Rampage es algo cruda, con apariencia de quererse acercar a la estética de un docu-reality y es en mi opinión bastante recomendable para una de esas tardes de sofá con palomitas de microondas, lo que para las obras a las que nos tiene acostumbrados Boll –veneno para la taquilla que ya ha conseguido en su carrera varios Razzie y el desprecio de buena parte del público- es todo un cumplido.
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