La Horda

Y ya que estamos con el tema de los edificios claustrofóbicos con inquilinos infectados o definitivamente zombies, me mantengo en la misma línea y os hablaré ahora de La Horda, propuesta francesa del mismo estilo que la primera [REC] aunque con ciertas variaciones. Lo que nos cuenta la historia es como cuatro policías –tres hombres y una mujer- deciden atacar la guarida de unos traficantes en un edificio de las afueras de la capital con el fin de vengar la muerte de un quinto miembro del grupo. Sin embargo el plan no sale como imaginaban los agentes -que son heridos y secuestrados por los traficantes que controlan el edificio, una construcción a punto de ser demolida en la que subsisten delicuentes y algún vecino sin recursos- con tan mala suerte que son atacados por unos zombies, resultado de una rara epidemia que se extiende por la ciudad. Así, los asesinos sin escrúpulos y los policías –poco escrupulosos también- deberán unir sus fuerzas para intentar sobrevivir.

Amiguitos, La Horda es una fantástica película muy bien rodada, extremadamente violenta, con interpretaciones creíbles, argumento sólido, abundantes escenas gore y un desarrollo –no exento de pinceladas de humor- que sabe mantener en tensión al espectador amante de este tipo de emociones. Y sí, como en [REC], la acción transcurre en un edificio al que asedian unos zombies infectados, pero ahí finaliza el paralelismo porque yo veo más a esta cinta como un cruce entre Die Hard -en donde John McClane pasa a ser una mezcla de policías, traficantes y un ex-combatiente en Indochina y los terroristas se han convertido en una horda de zombies- y 28 days after, aunque el escenario en el que los zombies cazan no es la gran ciudad de Londres sino un desvencijado edificio de viviendas del extrarradio de una ciudad indeterminada de Francia. En resumen piltrafillas, una gozada, toda una sorpresa sangrienta y pasada de vueltas –la escena de Ouessem en el aparcamiento es puro exceso- con un desenlace de infarto aunque obvio.