domingo, 30 de mayo de 2010

Kamikaze girls










Piltrafillas, para el final me he dejado a una de las películas más raras que he visto últimamente, una cinta friki como pocas pero en mi opinión muy interesante que lleva por título Kamikaze girls y nos llega desde mi añorado Japón. La película, que está protagonizada por Kyoko Fukada como personaje principal y narradora de toda la historia se inicia con el atropello de Momoko que servirá de introducción a toda una clase magistral sobre el estilo rococó a partir de la que conoceremos más datos sobre la chica –una joven Lolita- y su existencia mediocre aunque en búsqueda constante de la belleza en una población llamada Shimotsuma, localidad anodina en la que todos sus habitantes compran la ropa en el supermercado de las afueras excepto Momoko, quien coge el tren para comprar sus vestidos de Lolita en una tienda especializada de Tokyo. Un día se pesenta en su casa Ichiko, una integrante de una tribu de delincuentes –claro que sólo a los japoneses se les ocurriría que una motorista punk conduzca una scooter rosa- que busca una chaqueta Versace barata. Hay que decir que Momoko es hija de un matón de poca monta, pusilánime, depresivo y perfecto loser que se dedica a vender ropa y complementos falsificados con la marca Versach. Pues bien, la tal Ichiko está tan agradecida por haber encontrado una chaqueta de su gusto –y una chica con una personalidad tan fuerte- que comienza una relación de profunda amistad con la dulce Momoko.




Así nos enteramos de que la inadaptada Ichiko fue en el pasado una débil y tímida estudiante que tocaba el piano y era el blanco de las burlas de sus compañeros de colegio. Una noche fue sorprendida por una banda de moteras llorando en plena calle y tomó la decisión de ser una de ellas. En el fondo vemos como ambas chicas son unas solitarias sin amigos, un poco desubicadas en un mundo en el que cada una a su manera prueba de encajar sin perder su propia identidad. Es en ese aspecto en el que Kamikaze girls trata de la amistad y la soledad, también de la lealtad y de mantenerse fiel a los principios de uno mismo. Amiguitos, en Amazon.com puede leerse sobre esta película que es Kooky, kinetic, and colorful, 2004's Kamikaze Girls is a delight, and one that could only have come from Japan y yo no puedo estar más de acuerdo. La película está rodada a ratos como si el realizador se hubiese inyectado cafeína directamente en vena, otras veces se ralentiza y en todo momento es kitsch y empalagosa –tiene incluso varios pasajes en dibujos animados-, estando llena de escenas y diálogos cómicamente absurdos -sobre todo al principio cuando la cinta aún no ha intentado alcanzar la profundidad de contenido que conforme avanza el metraje pretende comunicar al espectador- pero cargada de imágenes de fuerte impacto estético, tan llamativa en su conjunto que debo recomendárosla por fuerza. Así es piltrafillas, ni gintonics ni palomitas, pillaos una bolsa de ositos de goma o nubes y bebeos varios vasos de refresco de naranja, sólo así entraréis en el estado mental perfecto para disfrutar como corresponde una historia tan... cómo decirlo, kawaii.

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