Piltrafillas la segunda película de la sesión ha sido Expediente 39, una cinta de lo que sólo había leído una escueta sinopsis y una crítica aún más breve que la calificaba simplemente como distraída. Os puedo confirmar que al menos eso era cierto, lo que ya es mucho. Lo que nos cuenta este thriller protagonizado por la texana Renee Zellweger es la historia de una asistente social saturada de trabajo que no imagina el cambio drástico y violento que dará su vida cuando se haga cargo de su próximo caso, el dossier número 39 del título, en el que deberá investigar una denuncia que indica que una niña llamada Lilith muestra síntomas de desatención. A tal efecto, Emily visita al matrimonio Sullivan y se encuentra con que son una pareja de frikis de lo más extraño. Tras la visita –de la que no ha podido obtener prueba alguna que sustente la denuncia- Emiliy está convencida de que si hay algo claro es que esa familia no es precisamente un modelo de convivencia y que esa niña no es feliz, algo le pasa.
Sin embargo, sin señales de maltrato físico, la autoridad de servicios sociales no puede hacer nada por lo que Emily abandona el hogar de la niña. Aún así, convencida de que en esa casa ocurre algo raro, se involucra de tal manera en el caso que se lo toma como algo personal y le pide a Lilith que si siente miedo la llame inmediatamente. Una noche, Emily recibe una llamada de la pequeña pidiendo ayuda y se presenta en casa de los Sullivan. Cuando ella –y los espectadores- se encuentra con que el matrimonio esta intentando asesinar a la niña metiéndola en el horno, queda patente que algo diabólico está pasando allí. Pero amiguitos, a veces las apariencias son engañosas. Una pista: la niña es una cabrona de cojones. Lo dicho piltrafillas, bastante distraída, aunque demasiado oscura en su fotografía y con algunos giros argumentales que no se sustentan. Recomendada para los amantes de las historias de niños poco angelicales.
Sin embargo, sin señales de maltrato físico, la autoridad de servicios sociales no puede hacer nada por lo que Emily abandona el hogar de la niña. Aún así, convencida de que en esa casa ocurre algo raro, se involucra de tal manera en el caso que se lo toma como algo personal y le pide a Lilith que si siente miedo la llame inmediatamente. Una noche, Emily recibe una llamada de la pequeña pidiendo ayuda y se presenta en casa de los Sullivan. Cuando ella –y los espectadores- se encuentra con que el matrimonio esta intentando asesinar a la niña metiéndola en el horno, queda patente que algo diabólico está pasando allí. Pero amiguitos, a veces las apariencias son engañosas. Una pista: la niña es una cabrona de cojones. Lo dicho piltrafillas, bastante distraída, aunque demasiado oscura en su fotografía y con algunos giros argumentales que no se sustentan. Recomendada para los amantes de las historias de niños poco angelicales.
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