Amiguitos os quiero hablar ahora del Oldsmobile Toronado. Como anécdota os diré que hay quien cree que el coche se denominaba Tornado, pero no es cierto. Pese a la similitud fonética, el modelo que a finales de los 60 sacó al mercado esta marca propiedad del –por entonces y durante muchos años- gigante General Motors se llamaba Toronado, que era un nombre sin significado alguno. Desde su primera concepción como diseño sobre el papel transcurrieron siete años hasta que el diseñador Will Mitchell vio en la linea de producción su idea de lo que debía ser un coche en la linea del Ford Thunderbird o el Buick Riviera, coches ambos que ya han aparecido en este espacio. Desde 1966 y en los más de treinta años en los que la marca –hoy desaparecida- produjo el Toronado, las formas del vehículo cambiaron a menudo. A mi me gustan todas las versiones hasta 1972, pero las posteriores me parecen feas, con un aspecto demasiado cuadrado y sin elegancia que –a mi entender- despoja al Toronado de su glamour inicial, algo que en los 80 y 90 llegó a cotas máximas de mediocridad dando como resultado unos automóviles sin distinción. Y ya que antes he mencionado al Riviera, os diré que el público –tras un primer año en el que Oldsmobile vendió unas 40.000 unidades- le prefirió al Toronado gracias a su precio más asequible y sus líneas más clásicas.
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