martes, 23 de diciembre de 2008

Publirreportaje


Hola amiguitos. Mi hermana –sí, la que emigró a Alemania siguiendo los dictados de su corazón- le ha regalado a mi hija este inclasificable y kitsch engendro llamado Mein magischer Märchenprinz. Se trata de convertir a una ranita en príncipe utilizando agua, algo tan mágico que se me ha ocurrido documentarlo. Así pues, esta mañana hemos procedido a realizar el experimento y ahora os lo detallo. Las instrucciones están en alemán, por lo que he tenido que interpretar los dibujitos para seguir los pasos que indicaba el fabricante. Prestad atención.

Paso 1. Öffne den schwarzen verschluss des gefäbes que supongo que significa que saquemos el vasito de plástico de la caja. Esta es la ranita que tenemos que convertir.


Paso 2. Fülle kaltes wasser in das gefäb, es decir, que le echemos agua.


Paso 3. Nun beginnt der frosch zu sprudeln und zerfällt langsam. Nach ca. 10 min. Hat sich der frosch vollständing aufgelöst. Aquí se nos explica que en unos 10 minutos –de eso nada, ha sido casi media hora- desaparecerá la ranita y aparecerá como por ensalmo un príncipe.


Paso 4. Jetz ist dein märchenprinz da! Eso es verdad, ha acabado apareciendo un príncipe.


Paso 5. Schütte das grüne wasser weg und fülle das gefäb mit frischen kaltem wasser. En esta fase del experimento, añadiendo más agua limpia deberíamos conseguir que el príncipe se hiciese más y más grande.


Paso 6. Nun wird dein märchenprinz ca. 72 stunden wachsen. Según el dibujo, el príncipito de marras tendría que haber doblado su altura. Pues nada, depués de una hora y pico, el enano seguía sin aumentar de tamaño. En fin, aquí tenéis una foto del cadáver –sin pies, ya que el asqueroso los tenía clavados al fondo del vaso- de este noble príncipe que esta mañana ha dado su vida por la ciencia. Y luego dicen de la fiabilidad alemana. Seguro que mi cuñado alega que el juguetito era made in China.

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