martes, 23 de diciembre de 2008

Protegidos por su enemigo





Amiguitos, hoy he visto Protegidos por su enemigo, la última película de Neil LaBute. En ella se cuentan las penurias que tienen que pasar los Mattson, una joven pareja que se muda a uno de esos barrios residenciales tan típicos de norteamérica. Junto a su casa vive un policía de Los Angeles que se dedica a vigilar a todo quien le rodea, según él para proteger a sus hijos preadolescentes. El tipo en cuestión es Samuel L. Jackson, en el papel de un inquietante Abel Turner, poli confictivo, viudo, con 28 años de carrera y un montón de denuncias por abuso de autoridad. Y bueno, uno piensa que si un agente de la ley es su vecino parece que no hay nada mejor para sentirse tranquilo. Sin embargo, la manera de comportarse de este hombre –que tiene focos de seguridad en el jardín y cada noche patrulla por el lugar- le da a uno de todo menos seguridad, y más cuando la vigilancia se convierte en algo muy parecido al acoso. La situación se hace tan insostenible que poco a poco va conduciendo a un desenlace esperado y bastante previsible.




Piltrafillas míos, la película –que se hace un poco lenta, sobre todo durante la primera hora de metraje- es incómoda de ver por la tensión que genera. No se trata de una cinta de suspense, ni de terror, pero el capullo de Turner –cada vez más hijo de puta- da un mal rollo que agobia y conforme avanza la historia uno ve que no va a acabar bien y sólo espera el momento en el que se acabe todo. Para redondearlo, los personajes –en particular el de Turner, que ofrecía más posibilidades- tienen poca profundidad. En fin, mi veredicto es que la película no está mal, entretiene y eso, pero aún así no creo que sea recordada como la película del año.

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