Ahora os hablaré de un pintor español llamado Eduardo Arroyo, un artista que con sólo 20 años –recién licenciado en Periodismo– se exilió a París huyendo de la represión de la dictadura. Tras dedicarse a la caricatura, la escritura y la pintura –cultivando varios estilos- optó finalmente por la pintura figurativa con reminiscencias pop-art, contrapuesto totalmente al abstraccionismo imperante en aquella época –los años 60– en la capital gala. Ha expuesto en el Centre Pompidou y es Premio Nacional de Artes Plásticas. Arroyo también ha realizado una importante labor como prestigioso escenógrafo, amén de algunas esculturas e ilustraciones para libros.
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